SCONES Y TÉ INGLÉS
En una entrada anterior hablé de mi estancia veraniega en Londres. Habría mucho que decir respecto a las excelencias de la ciudad pero no es esto lo que pretendo. Lo que quiero ahora es contar un pequeño detalle gastronómico.
Una de las cosas que deben hacerse en Londres es vivir el ritual del té de las cinco, lo cual no significa meterse en un Starbucks. Buscamos un sitio en que sirvieran el llamado afternoon tea. Lo primero es que cierran a las cinco y media de la tarde. A partir de entonces ya no sirven té (no en estos sitios especializados, uno siempre puede meterse en una cafetería y tomarlo a cualquier hora). Estos Salones de Té distan mucho de ser bonitos, o refinados, como serían sin duda en París. Mucha moqueta y mucho estilo british, que la elegancia y el pueblo británico parecen peleados a muerte.
Elegancia la justa, pero distinción toda. El llamado afternoon tea consiste en una variedad de té negro (una de las mezclas a las que son tan aficionados, el english breakfast, por ejemplo) con unas gotas de leche, un si es no es. Va acompañado de unos panecillos parecidos a una magdalena, mermelada de fresa y una crema extraña, a medio camino entre la nata y la mantequilla. Naturalmente puedes pedir tu té acompañado de un pastel de chocolate, pongamos por caso, pero eso no sería el genuino cream tea. La verdad es que, con la calma de saborear unos panecillos y el sabroso té negro, recuperas fuerzas y parece que el mundo se detiene. Un momento zen. Así lo viví.
Vinimos cargados de té, naturalmente. El de Harrod's es muy bueno (me encanta el English Breakfast Strong). Y una vez en Barcelona decidimos repetir en casa una sesión como la que vivimos en Piccadilly Street (pleno barrio de St. James). Pero, naturalmente, no iba a resultar nada fácil. Puede pensarse que de mermelada cualquiera serviría, y seguramente es cierto. Pero la que sirven ellos es espesa y con el punto justo de dulzor (una amiga me dijo que tenía una textura que parecía la del membrillo). Casualmente en el Gourmet de El Corte Inglés encontramos la genuina mermelada inglesa Wilkin and Sons. Lo siguiente fue descubrir qué eran exactamente esas magdalenas inglesas poco dulces. Tienen nombre: se llaman scones. Y los hay en Barcelona. Sólo nos faltaba la crema. Eso fue más difícil por no decir imposible. No era una nata al uso, tampoco mantequilla: su textura era extraña, particular, suavísima... algo muy extraño que me llamó mucho la atención. Para empezar recibe un nombre (gracias google, en estos casos): nata coagulada (clotted cream) ni más ni menos.
Los ingleses, que tienen poco vino y pocos olivos, se han convertido en expertos en natas y cremas. Mientras que nosotros tenemos la nata de cocina (18% de materia grasa) y la de montar (36%) ellos, además de estas, tienen la double cream, con un 48% (también para cocinar, sedosa y muy apreciada), la nata de origen francés Creme Fraiche (40%) de sabor ligeramente ácido, y finalmente la Clotted Cream, la coagulada, la que sirven con los scons y que aquí es inencontable, entre un 55% y un 63% de materia grasa ni más ni menos. Es fácil imaginar por qué me sorprendió aquella textura extraña, cercana a la mantequilla pero con un sabor diferente, con un ligero tono amarillento pero infinitamente más cremosa.
Nata coagulada (o cuajada, como sale en la wikipedia) aquí no la hay, como decía. Así que en nuestro particular afternoon tea la sustituimos por Creme Fraiche. Y así organizamos nuestra jornada gastronómica inglesa, a media tarde. La comparto para mostrar que de los viajes uno no viene cargado sólo de fotos y de momentos, sino también en ocasiones de magdalenas, de mermeladas y de una extensa variedad de productos lácteos. Yo que en mi juventud y viendo a la Thatcher por la tele pensaba que en Gran Bretaña sólo existía la mala leche.
Hasta dentro de seis días.
27 comentaris:
jajajaj yo pensaba como tú pero me has abierto el apetito...somos también nuestras costumbres,querido:a mí me gustan todas las que sean dulces.
No pierdo la esperanza de conocer London.
Un abrazo.
Ha sido un verdadero disfrute leer tu entrada, vamos que prácticamente he degustado ese té ingles junto a vosotros. Petó.
Pues al parecer nos traes un placer para el paladar con el té inglés ...No tengo costumbre de tomarlo pues soy "cafetera", pero me ha gustado esta referencia ; no conocia los scons, pero a gusto me comería uno ahora y si es rodeada de amigos como tú,mejor...Así que ya lo sabes pronto nos tomaremos un ....a "five o'clock in the afternoon"
Recibe mi saludo.
Es una pena que haya leído tu artículo poco antes de ir a comer. Si llego a saberlo me espero a las cinco de la tarde.
Cada día se aprende algo nuevo, hoy me toco conocer un poco del té ingles de la mano de tu blog, así da gusto.
Recibe un gran abrazo.
Natas y cremas...mmmmmmmm...té...y además, pobres niños colonizados. Bah, tienen esa cosa tan inglesa...
Ramon, lo siento en el alma, me gustan tus escritos, ya lo sabes, lo que no me gusta es el té.
Una abraçada.
Ramón me encante el té, pero no con tanta parefernalia britanica. Unas pastas o unas sencillas galletas fontaneda y listo. Jajaja.
una abraçada.
Me gusta el té -sea del color que sea, sin racismos, aunque el moro de menta me pone los ojos en blanco...-, me gusta la nata, la mantequilla, las magdalenas, sean o no insípidas.... Me gusta todo. Otra cosa es que deba o no tomarlo, que con los recortes, también han llegado este año para mi estómago, jajaja (por cuestiones de otro tipo, claro).
¡Qué envidia de merienda, de ceremonial!
Pues como me has abierto el hambre, me voy a ver si me conformo con algún yogur, qué le vamos a hacer.
Petons, dandy.
¡Gibrartá ejpañó!
(Como me dices que provoco, pues me dan más ganas, jajaja. Bueno, pero también está la facción nacionalista: Gibraltar Euskadi da!)
Ramón: todo este mareo es porque me caen fatal los londinenses por mis experiencias allá. Así que mareo, jaja.
Jo siempre he sabido desde tiempos ha, del te de las 5. En casa lo tomamos a cualquier hora, sin crema y con limón.
Nunca tomé el té inglés ni los scones! se ve delicioso! leerte también lo ha sido sin dudas! me gusta pasar por aqui! hasta dentro de 6 días! que tengas un buen fin de semana!
Los ingleses no son precisamente famosos por su gastronomía, sin embargo se les da de miedo la repostería. Sobre el té son quienes mejor lo conocen, aunque me gusta prefiero el café.
Salud y República
Me gusta el te pero no soporto esa crema ni los bocaditos de pepinillos con los que suelen acompañar el te, los britsh.
Cuando nos veamos (digo yo que algún día será) procuraré que sea la hora de la cervecita ;)
dos abrazos
Yo adoro el té, me encantan las teterías, y todos los tipos de té. Creo que los tés ingleses no los he probado, pero tú has probado 'té al caramelo, el té Yogi, el de las mil flores... bueno, podría ponerte algunos más, soy límitada :)
Y los pastelitos con mantequilla o con nata, no los soporto. A mi me gustan lo que tienen merenge y chocolate. Que se le va hacer.
Un abrazo.
Y ahora qué piensas, que la mala leche la tiene la Thatcher?
Buen finde
O sea que el té de las 5 debe ser a las 4... si no te echan!
Te cuento que en mi casa toda la vida se han amasado los scons, y que si quieres, te paso la receta porque es de una sencillez...
Besos dulces
Asistí en Londres al ceremonial del té a las 5 y fue un placer.
¡También intenté repetirlo en casa, al volver, y ni por asomo!
Pero algo importante me quedó de mi viaje a Londres: sólo tomaba café hasta que llegué allí, pero no me atreví a despreciar los continuos ofrecimientos de tomar un té y aprendí a degustarlo...¡y hasta la fecha!
Me encantó esta entrada.
Un saludo afectuoso.
Hola Ramón: No soy ni cafetera ni tetera, de entrada, pero ya veo que me pierdo grandes momentos y singulares tradiciones. Que quieres una es sencilla de nacimiento, y solo se muestra glamurosa, en ciertos temas, que nada tienen que ver con la gastronomía. Una entrada, muy singular y alejada de tu estilo habitual.
Claro que en la variación esta el gusto.
Abrazos
Hola Eastriver, he comenzado a ver tu blog y me parece muy interesante, esta última entrada del té y pastas me ha abierto el apetito porque me encanta el dulce, con cremas, con natas, con cabello de ángel, con lo que sea. Muchas veces he entrado en una de esas tiendas de té y he comprado porque el aroma que desprenden ya te hace entrar, y he comprado alguna variedad, pero no sé porqué, el té no me sienta bien en el estómago, el café mejor.
Una abraçada.
Me encantaría vivir ese ritual, aunque el té no me gusta, I don't like.
uf, estoy babeando como el perro de Pavlov. Es que me encanta el té, todos los días me tomo dos por lo menos, aunque me gustan todas las infusiones en general.
Y del té , me encanta el blanco.
A unas malas, si tienes mucho mono, aquí tienes Gibraltar :P
Es verdad que tienes una especial sensibilidad para hacer llegar estos detalles, como las del te ingles y los scones, no por oidos menos desconocidos. Consigues que hasta apreciemos estas exquisiteces inglesas.
Un abrazo
Ramón, que maravilla venir a visitarte. Siempre aprendo algo nuevo o visito algun lugar que no conocia.
Me encanta el té, todo tipo de té, lo de las cremas de nata no tanto, pero me el ritual que has explicado con tanto lujo de detalles me parece de lo mas chic.
Eres genial.
Difícil lectura en plena dieta post navideña para quien adora toda esa materia grasa. ¡Mmmmmmm!
Hoy casi me alegro de que sea imposible de encontrar por aquí.
Buen provecho.
A mi me gusta el té rojo con cardamomo que me prepara una amiga, pero me ha encantado leer esta ceremonia tan apetitosa...
:))
Besos
Qué rica mermelada de fresa, me gusta mucho el dulce, y aunque haya cenado no me importaría tomarte un té con mermelada o nata.
Un beso.
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