Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

dilluns, 26 de juliol del 2010

INVENTOS: EL COCHE-TIESTO

Esta es una gran idea que aporto, con mi generosidad habitual, para quien tenga un coche que le sobre y una terraza lo suficientemente grande. Original, decorativo, monumental. Si alguien se atreve, que mande foto (o mejor, antes de convertirlo en tiesto, que mande el coche). Las fotos las hice en Barcelona hace unos meses.


dimecres, 21 de juliol del 2010

GRITO DE LOBOS: LA IRA JUSTA

El que sigue es mi texto publicado en Grito de Lobos.

En los tiempos de la transición, las cabezas pensantes de la época tuvieron a bien encumbrar la famosa canción Libertad sin ira. Estoy convencido de que la polémica que rodeó la canción fue justamente para hacer que los grupos discordes la adoptaran como lema. Porque esa letra les venía como anillo al dedo a los capitostes franquistas. A aquellos convencidos de que debía irse hacia una democracia. Es decir, a aquellos que, bien que mal, se cambiaron la chaqueta.

Tras el ritmo progre (adorado grupo Jarcha, una cosa no quita la otra) se escondía una advertencia: si queremos construir un futuro en paz, libertad y democracia, no sintamos rabia, antes bien generosidad y anchura de miras (glups, ¿quién dijo eso? ¿quién repite eso cada poco?). No exijamos justicia ni removamos demasiado las aguas. Con ese mensaje nos la colaron doblada.

Cuando hoy en día sigo oyendo lo de la generosidad y la anchura de miras ya me planteo otra cosa. Que son siempre ellos quienes nos advierten a nosotros que debemos ser mansos. Pero al final siempre ocurre que ellos llaman ira a nuestro lógico enfado inofensivo. Y que son ellos precisamente los dueños de la ira silenciosa: la que les lleva a negar, manipular, silenciar, mentir, censurar. No sacaré a colación nuevamente el nombre de Garzón. No repetiré nuevamente lo enfadado que estoy con el Tribunal Constitucional, ese tarrito de las esencias franquistas.

Por eso propongo cantar Libertad con un poco de ira. Que nadie se confunda: no estoy en la cocina preparando bombas de mano. Amo demasiado la paz y prefiero la vida a la muerte, la brisa a las aguas estancadas. Pero esa ira buena que nos lleva a reclamar justicia sí que la reclamo. Ni que sea la justa para que no nos vuelvan a tomar el pelo.

dissabte, 17 de juliol del 2010

MEZZO

Descubrí la ópera por pura casualidad. Alguna vez lo he contado: la despreciaba por burguesa y conservadora. De haber nacido diez años antes me gustaría pensar que hubiese bajado a tirar tomates y lionesas a las señoras encopetadas que salían puestísimas del Liceo en los años de la transición. Pero aquella inquina que preocupaba tanto a las señoras de mi calle, que se paseaban con aquellos espantosos vestidos de pieles odiadas y con toda la suficiencia de quien disfruta de las prerrogativas franquistas, me pilló demasiado joven. Asistía, con mis diez años, a los relatos sorprendidos.

- No se podrá bajar al Liceo. En casa estamos por dejar el palco.

- Tanta democracia no puede acabar bien.
Tenía diez años pero me alcanzaba la rabia de quienes salían a la calle a molestar a señoras insoportables, de aquellas que decían que hacer la mili te hacía hombre.

Con semejantes antecedentes jamás pensé que acabaría aficionado a la ópera. Siempre digo que no he cambiado desde aquellas épocas. En esencia sigo pensando lo mismo. Pero algunos aspectos se modifican con el tiempo, se priorizan otros. Sin embargo, en el terreno de la música sí que se ha dado no sé si un cambio; en todo caso una clara ampliación de perspectivas. De los grupos de mi adolescencia la mayoría no me dicen nada. En cambio sigo salvando a unos cuantos. Normal: todo se somete a la prueba del tiempo. Y, en última instancia, la lista musical se ha visto ampliada por lo que nunca sospeché: la música clásica.

Las mezzos siempre se han visto relegadas a un segundo plano. Pero a mí me gusta mucho su musicalidad densa, profunda, interna, oscura. ¡Qué sorpresa descubrir que grandes papeles estaban escritos para ellas, no para sopranos! Así la Carmen de Bizet, o la pizpireta de El barbero de Sevilla, de Rossini. Y luego está el repertorio para castrato que en la actualidad acometen generalmente ellas o los contratenores. Ello significa que tienen una verdadera cantera en Haendel y en otros barrocos.
La Bartoli es una mezzo muy famosa y no siempre afortunada, pues en su intento por descubrir nuevo repertorio, cae a veces en la recuperación de piezas francamente poco interesantes. No pretendo listar las principales mezzos del momento y/o las históricas (aunque cómo olvidar a Berganza o a Marilyn Horne). Sólo deseo poner un vídeo en que pueda apreciarse esa vocalidad oscura de la que hablaba al principio. Elina Garanca servirá muy bien para ese propósito. Y respecto al aria, hubiera servido perfectamente el rondò de La Cenerentola de Rossini, pero hoy me inclino por el Parto de Mozart en La Clemenza, una de mis óperas favoritas.

dijous, 15 de juliol del 2010

DIDO EN BARCELONA

Que Isabel Barceló escribe muy bien no es ninguna novedad. Basta con asomarse a sus mujeres de Roma. Su blog manifiesta pasión y entrega. Pasión por el mundo antiguo y entrega generosa a las blanduras con aristas de la literatura. No digo más: quien lo desee no tiene más que pasarse y descubrir la elegancia de la prosa de Isabel, su narrativa apasionadamente contenida.
La reina Dido, de quien sabía cosas diversas gracias a Isabel, ha llegado hoy a Barcelona y me enorgullece decir que yo estaba allí para recibirla. Soy de los que, aunque leo mucho en esta pantalla luminosa, cree que la literatura debe leerse en formato de papel. Que se disfruta más. Bueno, en formato papel... en formato íntimo mejor. No me niego al e-book para nada: resulta ecológico, es transportable, no tiene esta luminosidad de fondo que no es nada buena. Cuando inaugure mi época e-book la glosaré con más propiedad.

Lo que quiero decir es que leer en tu sofá preferido, cómodamente apoyado o recostado, con un refresco al lado o una copa de vino... todo eso no tiene precio. Eso es literatura en espacio clásico. Sólo de pensarlo se parece bastante a la idea de felicidad y confortabilidad que podamos tener todos. Pues bien, aunque Dido ya existía en mi vida, a partir de ahora existirá de esa misma forma: de una forma literaria clásica. La dejaré sobre el sofá mientras la esté leyendo como suelo hacer. Como un invitado que llegó y que se acomoda en tu casa, que a partir de entonces pasa a ser la suya.
Iba a titular esta entrada "Dido de papel" para significar todo esto que estoy diciendo. Pero me he frenado justo a tiempo. Porque la literatura se apoya en el papel pero está hecha de sangre, de vísceras, de nervios, de anhelos, de ansias a veces apenas presentidas.

Isabel, qué agradable eres. Tengo a Dido observándome y llamándome justo al lado de mi sofá preferido. Seguro que ha venido para quedarse.

dimecres, 14 de juliol del 2010

VOTO A DIOS QUE ME ESPANTA ESTA GRANDEZA

Para acabar con la densidad de mi anterior entrada sobre temas nacionales (lo de nacionalista, que de hecho es nacional sin Estado, nacional que no puede ser otra cosa, está desprestigiado) me decido a traer un poema extraordinario. Pero antes, gracias a todos por esa sorpresa inesperada que fue el alud de comentarios recibidos. Siempre he pensado que, con respeto, no vamos mal del todo. Y ahora, otra cosa.

Cervantes, el novelista que quiso ser poeta y fracasó en el intento ("Yo que siempre me afano y me desvelo/ por parecer que tengo de poeta/ la gracia que no quiso darme el cielo" dijo él de sí mismo) tiene, sin embargo, un poema extraordinario. Es el poema a la oquedad, al vacío, una crítica descomunal a la gente que ocupa aparentemente tanto y luego son nada.
Dos personajes dialogan en el poema. El primero, un militar orgulloso, bravucón y jactancioso, elogia y adula, en términos exagerados, el túmulo al rey Felipe II en Sevilla. Observamos su arrogancia, su soberbia. Le escucha un valentón que, en lenguaje más sencillo, le da la razón. Y el soldado, acto seguido, se cala el sombrero, mira de perfil como los ratones, y se marcha. Ese final es el mejor resumen de lo que suele suceder cuando este tipo de personas se marchan: no dejan ninguna huella.

Imagino a muchos personajes contemporáneos en el papel del soldado. Grandes y reputadas voces de exagerados discursos, personas muy escuchadas por la fuerza del prestigio, en realidad pequeños hombres huecos en la mejor tradición de T.S.Elliot. Luego está la polémica sobre la intencionalidad política de Cervantes al acometer este poema. Unos hablan de verdadera identificación con el rey Felipe II. Otros, desde una óptica que hoy llamaríamos progresista, han hablado de profunda ironía cervantina que no duda en reírse de túmulos exagerados y barrocos que definen a personajes que han sido, también ellos, mera cáscara, insignificante pompa vacua. Ahí va el poema (un soneto con estrambote):

"Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla;
porque ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto
por gozar este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente. "

Esto oyó un valentón, y dijo: "Es cierto
cuanto dice voacé, señor soldado.
Y el que dijere lo contrario, miente."

Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

Miguel de Cervantes

diumenge, 11 de juliol del 2010

YO ESTUVE

Podrán decir lo que quieran. Pero no podrán decir que somos pocos. Desde luego muchísimos más que hace unos años. Pero se empeñan en no escuchar y parece que nadie se preocupe por construir un país en que todos nos sintamos cómodos. "Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora", según don Antonio.
Sin rabia, sin nacionalismos, por mera coherencia democrática y porque estoy muy cansado, porque me siento muy solo, porque no quiero justificarme más, porque quiero más, porque no quiero que nadie niegue que mi nación es una nación, porque no me gusta que cuatro sabios recorten lo que construyeron parlamentos democráticos y que yo voté, porque no sirve para nada ser pedagógico puesto que España va a la suyo, porque me dicen que soy provinciano por defender lo que cualquiera defendería (su lengua, por ejemplo), porque España me ha ido alejando con su desprecio, su vacío, su orgullo negacionista, porque siento que no quepo en una constitución que me excluye, porque no renuncio al más elemental derecho democrático, que es el derecho a decidir, por todas esas razones, entre otras, yo estuve.
Sé que ésta será una entrada muy impopular que seguramente nadie comentará. Pero debo decir que me ha extrañado mucho no haber leído nada en estos días contra la sentencia del Estatut en los blogs que frecuento, más si tenemos en cuenta que visito blogs de izquierdas en que se reacciona inmediatamente frente a la injusticia, denunciándola. En la inmensa mayoría de los casos, frente a la sentencia del Estatut, silencio. Naturalmente cada uno comenta lo que le da la gana en su blog, faltaría más. Y lo respeto totalmente. Pero permanece esa sensación de ignorancia, de indiferencia, de que a los españoles ya les va bien cómo están las cosas. Luego, permitidme que lo diga, cuando cuatro de aquí nos quejamos un poco, resulta especialmente desagradable escuchar que te tachan casi de provinciano, de cerrado, de nacionalista excluyente. Ahí no. Comprenderéis que pida que encima no se nos den lecciones de modernidad. Con todas las distancias que se quiera es como si yo me quejara de esos chechenos, de lo provincianos y cerrados que son, con lo bonita que es la inmortal Rusia. Es facilísimo criticar cuando se es tan claramente parcial y más cuando nadie cuestiona ni tu parlamento, ni tu lengua, ni tu identidad.
Da igual. Será una entrada muy impopular pero yo llegué a casa muy contento. Somos unos cuantos. Entre los que fuimos y quienes lo vimos por la tele, somos unos cuantos. Claro, entendí, por eso han de meter ocho veces lo de la indisoluble nación española en el Estatuto. Ocho veces. Porque, en el fondo, saben que esto no es ninguna broma.
(Corrección posterior: no son ocho, me dicen, sino catorce.)

Som una nació. Nosaltres decidim.

dijous, 8 de juliol del 2010

EL GATO ARGENTINO-CATALÁN

Javier Patricio Pérez llegó a Barcelona, desde su Argentina natal, en 1966. Y tras el bachillerato comenzó a vivir la particular y modesta movida barcelonesa. Ya desde los tiempos de la Gauche Divine la ciudad trataba de buscar una voz que la diferenciara de un cierto provincialismo que se creía que existía en España. Algunos lo hicieron desde el snobismo y la europeización pretendida, y otros, los de la Rumba catalana, ahondando en una tradición gamberra y urbana (y muy barcelonesa, al menos desde los tiempos del gran Jean Genet y su Diario de un ladrón).

Gato fue de los últimos. Decidió llamarse Gato y se juntó con almas de mal vivir del barrio de Gracia: los gitanitos y morenos de los que habla en una de sus canciones. Según algunos la Rumba Catalana habría nacido en Gracia, otros sitúan su nacimiento en la mítica calle de la Cera, en el Raval. En ambos casos, y eso es lo indiscutible, los creadores fueron los gitanos catalanes que fusionaron (precursores que fueron) ritmos diversos como el flamenco o la habanera. Y Gato se sintió como pez en el agua en ese entorno, se transformó en un gitano argentino-catalán, y renovó la rumba. Le dio grandeza. Murió, muy joven, de un ataque al corazón en 1990 (porque Se fuerza la máquina, de noche y de día, como él mismo cantó).

Y ese movimiento integrador y pluricultural definió una época. Luego se subieron al carro de la rumba catalana las hermanas Flores con el arroz y el bacalao y, naturalmente, la cosa perdió toda la gracia gamberra original. Por eso, volvamos siempre a los orígenes. Al gran Gato.










(El primer vídeo, Se fuerza la máquina, es un tema irónico sobre el vivir peligrosamente de los músicos. Lo sabía por experiencia, su temprana muerte lo atestigua. El segundo tema, Gitanitos y morenos, tiene algo de biográfico. Lo importante es señalar que su propio hibridismo personal hace que aporte diferencia a la rumba. Muchos años más tarde vinieron las fusiones: desconozco si ese discurso era frecuente a finales de los 70 y principios de los 80. Y por último La rumba de Barcelona, en catalán, donde hace un repaso de los barrios canallas de mi ciudad. No nombra Sarrià, no nombra Pedralbes, no nombra Sant Gervasi. Nombra a los que nombra y une la ciudad con la rumba, nacida, dice, de la unión de Cuba con los ritmos de los gitanos.)

dimarts, 6 de juliol del 2010

NACIDAS PARA SUFRIR

Hoy quiero compartir una película. Por lo inesperada quiero traerla aquí. Y por el descubrimiento de una actriz extraordinaria. En estos tiempos en que el talento se asocia con la belleza física y el prototipo de actriz española de éxito es Penélope, me apetece citar a una desconocida Petra Martínez. No tiene tanto glamour, ni siquiera en el nombre, pero su interpretación me emocionó muchísimo.

No cuento el argumento porque viendo el primer vídeo se pilla rápido. No digo el reparto porque en cuanto asoma la gran Adriana Ozores uno decide admirarla incluso un poco más. Sí digo, en cambio, que me reí muchísimo y que me rendí al talento de quienes han armado esta historia sencilla y contundente.




dissabte, 3 de juliol del 2010

AYUDA Y LUCHA

Creo que he explicado en alguna parte que tengo una niña apadrinada en Etiopía desde hace muchos años. Más de diez. Mi primera sorpresa al respecto fue cuando acudí al gestor para la declaración de la renta y me anunció arrobado que la niña apadrinada me suponía un beneficio fiscal (así de inocente en estos temas era yo entonces). Supe así que los seres humanos pensamos con el bolsillo y que por eso nos va como nos va. El gestor hablaba de mi niña con el mismo espíritu que hablaba del Plan de Vivienda: daba por supuesto que mi obra benéfica respondía fundamentalmente a intereses económicos. No le aclaré nada: a veces explicar las cosas sencillas de la vida resulta complicadísimo y tampoco te entienden.

No pretendo dar una importancia que no tiene al asunto de la niña. Son 25 euros al mes, y una cena me cuesta más. Lo que deseo es analizar aquí algunas cuestiones. Como esas noticias dudosas que se generaron hace unos meses a propósito de la asociación con la que colaboro. ¿Por qué sigo entonces con la niña? ¿Máxime cuando la niña inicial ha ido siendo cambiada sucesivamente, en cartas misteriosas que han ido llegando, con fotos de niñas como si fueran cromos? La explicación era siempre la misma: la niña X se trasladó de territorio. Ahora le corresponde la niña Y (o el niño... de todo ha habido).

He sabido siempre que lo del niño y la foto no era más que un señuelo afectivo para mantenerte aferrado. Una pequeña trampa que he aceptado siempre de buen grado pues he pensado que con el dinero que enviamos pueden efectuarse cambios positivos. Que es un dinero bien aprovechado, lo aproveche la niña X, la niña Y, o una abuela determinada. Daba igual el nombre, el género, la edad. Aunque he escuchado también las teorías que hablan de dinero que no llega, de bolsillos que se llenan aprovechando la buena fe de la gente, de personas que se han acercado a los poblados de lugares maltratados del mundo cámara en ristre, han fotografiado a sus niños, y nunca más se supo.

Sigo queriendo pensar que la ayuda se aprovecha. No puedo controlarlo. Sí, en cambio, exigir que se compruebe y se controle, por eso me parecen bien documentales encaminados a sembrar la duda. Probablemente alguien miente, pero un alma negra no justifica dejar de ayudar al resto de almas blancas. Siempre he admirado a la madre Teresa, a tanta otra gente entregada y generosa de verdad. De verdad. No como yo que mando 25 tristes euros mensuales. Y que asumo que probablemente se trate sólo de una forma de ayudar a mi mala conciencia, la que por fuerza debemos llevar todos. Pero...
Recuerdo que de pequeño asistía a las llamadas Aldeas Infantiles SOS y, aun siendo pequeño, comprendía la enorme hipocresía de aquel espectáculo. Damas millonarias, con enormes collares franquistas, vendían sus jarrones chinos anticuados para conseguir dinero para los niños pobres. En esencia era eso. Su actitud era contrita, espiritual, de un buenismo que hacía que te apeteciera arrancarles el mandil comprado en París o tocarles el culo (no porque apeteciera, aclaro). Era un ambiente de mentira continua que generaba deseos de gamberrismo necesario (cada día valoro más el gamberrismo con sentido). Seguramente aquello me ayudó en mi formación ideológica y me hizo comprender que aquellas damas generosas estaban en realidad apoyando ese mundo de desigualdades que aparentemente tanto les preocupaba. Pura fachada...

No hablo desde una atalaya de superioridad de ningún tipo. Sencillamente trato de hablar desde la sinceridad incluso menos cómoda. No puedo criticar los anillos de las señoras sin acordarme de que hace un año me compré un aro de oro que me costó lo que me cuestan cuatro meses de la niña. Hace cosa de un mes fui a cenar a un restaurante de una estrella Michelin donde estuve de lujo pero el sablazo fue histórico. Y no puedo decir que me arrepienta. Pero dejando de lado dispendios como estos, ocasionales, trato de no perder de vista la diferencia entre vivir bien y el dispendio. La diferencia entre un mundo cómodo y un mundo excesivo. No me fío de los predicadores y no quisiera parecerlo ahora.

La ayuda a los necesitados me parece fundamental. La madre Teresa de Calcuta me parece fundamental. Pero siempre me maravilló que su ayuda abnegada no fuera nunca acompañada por una sola palabra de crítica hacia una sociedad tan clasista que generaba esa misma pobreza. Aunque la siga admirando, ese gesto tan absolutamente conservador la deslegitimó en buena medida. Lo que me parece más fundamental es hacer un mundo más justo donde no sean necesarios estos actos de generosidad. Para lo cual la ayuda sin lucha es gesto destinado a perpetuar la injusticia, y la lucha, en cambio, el único camino si de verdad queremos un mundo mejor.

(Como ilustración, dos cuadros del maravilloso Paul Klee, uno de mis pintores preferidos. El primero Drawn One de 1935, y el segundo Fruits on Red de 1930)

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