PSEUDOLOGÍA FANTÁSTICA
Mentiría si dijese que he visto Ich bin Enric Marco. No la he visto todavía pero estoy a la espera. Esta película documental es un viaje a la mente y el alma de ese Enric Marco que ha quedado fijado, en la historia, como un gran impostor. Se inventó que había estado preso, como republicano español, en el campo de concentración nazi de Flossenbürg. Como sea que en los archivos del campo faltaban algunas hojas relativas a los ingresos de presos pudo asegurar durante años que había estado ahí. Se convirtió, en tanto que superviviente de campo de concentración, en presidente de la Amical Mathausen y comenzó a visitar centros educativos, platós de televisión, a asistir a numerosas conmemoraciones y dictar conferencias sobre su experiencia. Y a todos ponía los pelos de punta escuchar esas historias de nazis en boca de ese ser desvalido que lo había vivido en primera persona.
Parece ser que nunca se enriqueció con ello. No lo hizo por el dinero. Acaso sintió que inventándose un pasado heroico era escuchado más atentamente y se sintió también más respetado.
Siempre me extrañó, me sorprendió, me inquietó esta historia. Es un caso especial de impostura. No estamos tan acostumbrados a ella. No mintió para llenarse los bolsillos sino para llenarse el alma. Curioso, sorprendente. Por eso estoy esperando ver la película que citaba más arriba: un documental sobre este curioso personaje.
Hace un par de años descubrí, gracias a un documental de Cuatro, otro caso exactamente igual. Y también protagonizado por una catalana. Alicia Esteve, perteneciente a una acaudalada familia barcelonesa, era una mujer que, cuando los atentados de las torres gemelas, se encontraba en Barcelona haciendo un máster caro. Como dominaba a la perfección el inglés y había vivido temporadas en NY, a mediados de 2002 se trasladó a esa ciudad. Allí se enteró de que los supervivientes de las torres, olvidados por todos (todo el mundo hablaba solamente de las víctimas) se reunían en una iglesia cercana a la zona cero. Alicia, rebautizada como Tania Head, asistió a una de esas reuniones, tomó la palabra e inventó una historia. El día de los atentados estaba en una de las torres y se salvó milagrosamente bajando como pudo de la planta ochenta y pico. Y su novio, un nombre tomado al azar de una lista de víctimas, murió en la otra torre.
La historia de Tania, naturalmente inventada, llegó al corazón de la gente más que las historias reales. Ayudó a organizar el grupo, se convirtió en la presidenta, se codeó con alcaldes y gobernadores, ocupó espacio en prensa y televisión. Hasta que se descubrió el pastel y Tania/Alicia huyó como un conejo. El documental (11-S: me lo inventé todo) puede verse online en la siguiente dirección.
Según algunos psicólogos, las patologías de Enric y Tania reciben el nombre de Pseudología fantástica. Se trataría de "una tendencia a mentir compulsivamente, según la cual personas inteligentes, necesitadas de estima, cuentan historias buscando protagonismo y llegan a creérselo". El ser humano necesita sentirse escuchado. Y, a quienes escuchamos, la mentira nos parece a veces más verdad que la verdad misma.
33 comentaris:
Amigo Ramón
No conocía el caso de este impostor.He mirado en la red y parece ser que fue el historiador Benito Bermejo quien descubrió que Marco fue voluntario en la Alemania nazicomo trabajador voluntario.
Gracias por el post.Yo no conocía este caso.
Abrazos
Qué interesante entrada, Ramón.
Son curiosas estas personalidades, generalmente pertenecientes a gentes en apariencia verdaderas, donde no cabe la mentira, pero...
Una pena sufrir esta pseudología fantástica. ¡Pobre gente!
Petons, querido amigo.
Felipe, tengo muchas ganas de ver esta película (la de Marco) pero circuló mal y no está todavía en la red. Un abrazo.
Isabel, sus mentiras no son mentiras cotidianas, sino mentiras que afectan a su pasado. Se inventan un pasado apasionante, con peligros, horrores, muertes... y ellos son como héroes que sobreviven a todo. Con la única finalidad de ser queridos y admirados. Es un poco lo de querer ser otro. De todas formas la otra cara de la moneda es la del receptor. De que manera a quienes escuchamos, nos resulta más verdadera una historia inventada, porque es más novelesca, que una real. Dice muy poco también de nosotros, los oyentes, que preferimos lo espectacular a lo sencillo, pensando que lo espectacular es más cierto. Un abrazo.
Muy interesante tu entrada de hoy, amigo Ramon. La verdad es que si observamos a la gente que nos rodea nos encontramos con conductas parecidas a las de esos dos personajes a los que te refieres, quizás no tan osadas.
Recuerdo que hace unos años un concejal de un pueblo de Jaén -La Carolina- se inventó que había sido secuestrado por ETA y fue portada en la prensa y motivo de preocupación de su familia y de los ciudadanos de su pueblo y de la gente en general. Finalmente se descubrió que el secuestro había sido un burdo montaje del buen señor, necesitado de convertirse en protagonista y de acaparar la atención del mundo mundial.
Que tristeza y que dolor. Estos son casos extremos, pero he descubierto que de alguna manera muchos necesitamos de estos subterfugios para sentirnos mejores. Sobre todo si nos sentimos en inferioridad interior y necesitamos sentirnos aceptados o admirados, (quizás un poco de megalomanía) por la sociedad. Si te fijas atentamente, observarás muchas pequeñas anécdotas de esta índole. Un abrazo.
Aro, es verdad, lo había olvidado... El caso del concejal que citas sería otro buen ejemplo. Son casos extremos de una actitud más extendida de lo que se cree, al menos a menor escala.
Emejota, estuve a punto de ponerlo en mi blog pero al final pensé que seguro que alguno lo diría. Creo que, en cierta medida, eso tan común de exagerar lo bueno que tenemos, de vendernos en definitiva, es un poco lo mismo, sin caer en la patología. Todos tenemos todo lo malo del mundo pero en dosis asumibles. Lo malo es cuando ya ocupa demasiado espacio. Pero es verdad que un poco todos podemos reconocernos en este tipo de cosas, no que las llevemos a la práctica, pero quizá sí que fabulemos con eso de sentirnos admirados, etc. Un beso.
Y, pregunto ¿qué es un blog sino la necesidad de ser escuchado? Nosotros canalizamos de forma positiva. Otros quizá no saben hacerlo. Pero, en cuestión de necesidades y sentimientos, todos somos bastante iguales. Creo yo.
Lo del señor Marco hacía tiempo que se sospechaba y no se quería airear, recuerdo una charla en mi barrio a cargo de un señor que 'sí' había estado allí y que ironizó bastante sobre Marco. No entiendo mucho ese miedo a la verdad, pero existe.
Hay muchas historias así relacionadas con las guerras, testimonios que han muerto no pueden corroborar nada, el afán de notoriedad es inmenso y creo que esas personas acaban por creerlo, incluso.
Pero no creo que este tipo de "mentirosos" sea peligroso ni afecte a nuestras vidas...¿No os fijáis en otros modelos que pululan por lo mediático y lo institucional?
Yo recuerdo ambos casos por las noticias del momento, y recuerdo que me sorprendieron extraordinariamente, es increible lo que puede llegar a hacer una persona por intentar conseguir un poco de atención, y puede que de cariño por parte de los demas, además de la capacidad de inventiva, que no es poca cosa, en el caso de Enric Marco creo que lo llegó a sostener durante muchos años, y con argumentos muy nítidos y veraces.
¿Necesidad imperiosa de llamar la atención o falta de autoestima de su propia existencia?, es intrigante y da bastante pena en el fondo.
Un saludo
La mitómania, es una afectacón psiquiatrica patológica que poco tiene que ver con las mentirijillas o fantasias que algunos se inventan...
Es una enfermedad mental,compulsiva que de tanto repetir la mentira acaba por ser una realidad creible y más llevadera incluso para el que la urde.
Hay un PP(PP=Partido Politico), que suele hacer esto...desfigura la realidad, con un pensamiento único y al final se la cree)...bueno este no es el tema...
El documental no lo he visto pero hay una biografía escrita del propio Enric Marco "memorias del infierno"....te dejo este enlace que ahonda un poco en la película y en el personaje.
Crítica de ICH BIN ENRIC MARCO,
Totalmente. Todos necesitamos alguna vez, ser Gran Pez.
Coincido contigo, Ramón, en la enorme curiosidad que me generan este tipo de mentirosos, que no mienten para salvarse de la sociedad, sino de ellos mismos, ultrapasando la barrera de la ficción. Por lo visto no se conforman con escribir una novela...
Buena entrada.
Pueds yo tampoco conocía el caso, y me ha interesado, buscaré información y además veré la película y ya comentaremos. Desde luego la historia bien merece ser contada.
Y sí, es muy fuerte la necesidad de exhibicionismo en esta sociedad que vivimos. Pasamos desapercibidos, salvo en nuestros ambientes, y hay muchos que no lo pueden resistir y necesitar hacerse notar, aunque sea a base de inventar historias.
Salud y República
Esto muestra, Ramon, que a veces es más fácil creerse la mentira que la verdad. En todo caso, pobre gente.
Saludos progresistas de Madrid.
El post es para imprimirlo y repartirlo entre los compis de la facultad. Es excelente.
Conozco a gente así, como Antoñita la fantástica, se montan sus propias historias, hasta que llegan a creérselas. Un poco Quijotes ¿no?
Y en cuánto a lo que dices de que la mentira tiene más éxito, indudablemente sí. La mentira, el rumor, el cotilleo, es el éxito hoy día en la televisión. Exclusivas que son mentiras. Y nos las creemos.
Y a las grandes novelas de la historia, que son mentira, pero que nos dicen que son mentiras desde un principio, no le hacemos ni caso.
Mis aplausos por elpost y lo tuiteo por ahí :)
María Jesús, tienes razón cuando señalas que todo radica en la necesidad de ser escuchado/querido. También es cierto que muchas personas necesitan además ser admirados, pero no por cualidades morales, que ahí podríamos todos si nos pusiéramos, sino por cualidades de fuerza, de energía, de historias muy novelescas. A mucha gente le gustaría que su vida fuera un Estrenos TV de los que ponían hace años. Y como una vida humana media es generalmente más común y más aburrida, se inventan esa ficción. Porque es cierto que todos, como dices, somos en los afectos y las necesidades bastante similares. Un beso.
Julia, em fa molta ilusió tenir-te aquí... Es veu que sí, quan va saltar això de l'Enric Marco molta gent ja ho sabia o ho sospitava, però com no en tenien proves s'estimaven més callar. Una abraçada.
Fackel, es verdad que aparentemente hay muchos afectados pero yo creo que los que se mueven en lo institucional, lo político, lo social, lo mediático, lo hacen todos para sacar algún tipo de provecho. Ya no es lo mismo. Lo que me fascina es inventarse una personalidad porque se necesita ser escuchado y, por tanto, admirado, sin otros beneficios. Un abrazo.
Jose Vte., haces una pregunta. No soy psicólogo pero creo que es lo segundo: falta de autoestima. Lo curioso es que no se da en personajes homogéneos. Marco y Tania, de hecho, creo que son bastante diferentes. Marco se me figura como un buenazo que necesitaba que le quisieran, sin más. Tania era arrogante, orgullosa... y por supuesto necesitaba lo mismo, pero desde una personalidad completamente diferente. En ambos casos, eso sí, supongo que un notable sentimiento de inferioridad. Lo que pasa es que siempre que hablo de la salud de los otros, yo que no soy sanitario, lo hago con temor y con mil interrogantes. No es lo mío, así que lo más prudente sería que hablaran solo los profesionales de la salud, como Anna.
Anna, pues eso, como digo al final de mi comentario anterior, de estas cosas deberíais hablar solamente los profesionales de la salud. Tú lo eres, así que sencillamente te escucho. No sabía que era un tipo de mitomanía, pero claro, es lógico... ¿Sabes qué pasa? Que de psicología todo el mundo se atreve a hablar, tan alegremente. Cuando luego resulta que es un mundo del cual podríais hablar solamente los que os dedicáis al gremio de la salud, porque los otros hablamos de oídas. Tienes razón en que una cosa son las fantasías, las mentirijillas, esas cosas inocentes, y otra una enfermedad o patología. Creo que ahí radica la diferencia y es muy interesante que lo digas, porque de lo contrario todos podemos reconocernos en estos modelos, aunque atenuado. Y está bien que desde el ámbito de la salud se diga que son dos cosas diferentes. De lo que sí me atrevo a opinar es sobre lo del Partido Político, jajajajaja, bueno, son los peores mitómanos de la historia, pero yo me atrevería a decir que son tremendamente hipócritas y falsos, porque ellos mienten con intenciones perversas, jeje. Un abrazo y gracias.
Curiyú, amigo, todos necesitamos fantasear. Pero chico, para eso están las novelas, las películas, las teleseries, incluso, si me apuras, los programas de TV. Un abrazo.
Is@Hz, gracias por asomarte a esta ventana. Hay gente que, efectivamente, no tiene suficiente con una buena novela... Convendremos todos en que la ficción nos es necesaria, casi diría que consustancial. Pero tratar de colar la ficción por historia es o una perversión o una patología como dice Anna. Un abrazo muy fuerte.
Rafa, tú lo cuentas desde un punto de vista social, no es nada casual en ti. Y tienes también razón, creo. Es como que la sociedad, al empujarte a una imagen determinada de éxito y de prestigio, hace que esas personas, necesitadas de afecto, propensas al exhibicionismo y a la patología, agudizan esos síntomas. Se trataría de un caso de salud afectada socialmente, lo cual no es nada nuevo. Un abrazo y gracias por esas nuevas perspectivas.
Marcos, la mentiras, vestida con ropajes fascinantes, es como mínimo más apetecible que la verdad en pelotas. Un abrazo.
Alfonso, qué buena la correspondencia con Don Quijote. Brillante. La verdad es que no se me hubiera ocurrido. Porque yo creo que en el fondo, aunque la similitud es real, y supongo que un sanitario ahora diría que Alonso Quijano estaba afectado de Pseudología fantástica, creo que hay una diferencia fundamental... Marco y Tania, y supongo que la Antoñita esa que no sé quién es, inventan para ser admirados y queridos, para resultar fundamentales a sus semejantes, para sentirse imprescindible. Don Quijote no, él lo hacía para deshacer entuertos y devolver la justicia al mundo. Don Quijote era un verdadero romántico, y por eso nos gusta más. Un abrazo.
Hola Ramón: No tenia ni idea que exisissin aquests curiosos personatges. Grans mentiders compulsíus, que amb les seves artimanyes poden gaudir temporalment de certa notorietat Deuen pensar segurament, que seràn mes respectats, i no pensen que al dscubrir-se la veritat, tot es girarà en contra seva i seràn tractats de malalts patològics, pel cap baix. Una mostra més de que la socientat que vivim, produeix aquestos fenòmens, potser induïts per els grans mitjans de comunicació
Salutacions
Salutacions ben cordials
Recuerdo el caso porque precisamente unos días antes de descubrirse "el timo" yo había asistido a una conferencia donde él explicaba su historia.
El caso es que al escucharlo uno se estremecia, era totalmente creible.
Vaya sorpresa ! Te buscaba en el blog de antes y resulta que has cambiado de casa, ahora voy a apuntar tu nueva dirección.Un beso.
Recuerdo haber seguido la noticia de estos dos personajes, pero con tu aportación al tema, me queda mucho mas claro. Como siempre un placer leerte Ramón.
Montserrat, és clar, no pensen en què passarà quan siguin descoberts. Es tracta d'una altra dimensió de la mentida. Em dóna molta alegria llegir-te, Montserrat, com sempre.
Madison, qué sorprendente que asistieras a una conferencia de Marco. Yo sólo lo había oído por la tele y es verdad que llegó a emocionarme de veras. La verdad es que era un mentiroso brillante. Un abrazo.
Geni, sí, tinc nou bloc i estic molt content de que tú també hi siguis. Un petó molt fort, maca.
Maripaz, gracias por el cumplido. Yo pienso que frente a estas personas que necesitaban el aplauso, la cámara de tele, el micrófono, para sentirse felices y completas, la mejor alegría es la alegría sencilla. La gente así es gente sabia, porque son personas que saben qué es lo que verdaderamente vale la pena. Te mando un gran abrazo, amiga.
Tiene que ser angustiosa, de todas formas, esa existencia en la que estás temiendo todo el rato que se descubra el pastel. Es una curiosa condena, sobre la que podría escribirse una novela maravillosa, del temor a ser descubierto y al mismo tiempo la necesidad imperiosa de ir cubriéndote de culpa cada vez más
Creo que casos como este pueden ayudarnos a entender la tremenda importancia que tiene para el ser humano el prestigio social y que según los valores que imperen en la sociedad en cada momento, la impostura puede usarse para parecer mas rico, o para fingir un pasado mas heroico.
Quizá si la honradez, la integridad ética, el respeto o incluso el altruismo se convirtieran en valores que dieran prestigio en nuestra sociedad, la motivación de los individuos llevaría al cambio de la sociedad.
Para mí lo mas interesante del caso es que no hay interés económico. La impostura es algo tremendamente habitual en nuestra sociedad. La pregunta que podríamos hacernos es ¿Por qué nos parece lógico, aunque inmoral, que un político o un rey se enriquezcan aprovechando su posición, pero nos choca que alguien recurra a la impostura con buenas intenciones?
Quizá si los mitos de nuestra sociedad no fueran adinerados ociosos, si el prestigio social lo dieran valores solidarios, nuestra sociedad y nuestra economía sería mucho mas justa y racional.
Miguel, hablas de un aspecto inédito: la angustia que deben sentir estas personas. Yo imagino que sí, al menos desde mi punto de vista, pero una actitud suya, la de persistir en la notoriedad, indica lo contrario. La conciencia, que es personal e intransferible de todas formas, suele reaccionar mal a la mentira. Yo, en su caso, llegados a un punto en que la mentira hubiera crecido mucho, sufriría cada instante de mi vida. Y, si decidiese persistir en la mentira, supongo que al menos lo que haría sería huir de la primera línea de notoriedad, donde al menos persistir en la mentira implicaría menos esfuerzo. Pero ya ves, ellos ni se plantean lo de huir de la notoriedad. Así que igual no sufren tanto... No sé, quién sabe. Un abrazo.
Camino, exacto, se trata de una enfermedad social. El mundo exije este tipo de éxito. Es necesario, pues, inventárselo. Seguramente, si los valores sociales fueran otros no se darían actitudes como ésta. Saludos.
Es muy interesante el enfoque que le das a esas dos historias. la verdad es que los personajes tienen un par de novelas
Pensaba también que son una metáfora, o personificación, de La Historiografía canónica, llena de segundas verdades, intereses, falsedades, mentiras, interpretaciones, manipulaciones.
Y la definición final de quienes sufren esa supuesta patología cuadraría perfectamente en un escritor, en novelista (en algún tipo de novelista)
No sé porqué nos empeñamos en llamar "locos" a quiens actuan de mala manera. Somos buenos y malos. Cuando descubrimos alguna maldad nos empeñamos en negarla y en ponerle el nombre de una enfermedad...
¡salud!
Que entrada maravillosa. Pudieron ser autores de una grandísima novela y escogieron ser también protagonistas. Conocía el caso de Alicia Esteve, el otro no. Me ha dado mucha pena volver y mucha morriña, pero que alegría verte, Ramón, veros a todos.
Besos
¡Qué mal funcionan algunas cabecitas! El vídeo de Alicia Esteve me ha dejado helado. No sabía nada de esta historia.
Gran entrada.
Un abrazo.
Bueno, me gustaria saber si esta enfermedad tiene tratamiento, pues conozco a alguien que tiene la conducta descrita.
Interesante entrada, e interesanes comentarios, pero incompleto. Se cuenta la historia del mitómano, y como es un "desorden psicológico" pues qué probrecitos. Ahora bien, se nos olvidan todos aquéllos que han sufrido sus mentiras. Sí, digo sufrir, y digo bien. Estas personas causan hacen mucho daño. Los casos contados en el blog pueden parecer más o menos inocentes, pero defraudaron a muchas personas y se apropiaron de un dolor que no les pertenecía, convirtiendo en una burla los padecimientos de quienes sí vivieron el horror nazi y el de las Torres. Estos casos no son. sin embargo representativos de una condición mucho más amplia. Yo misma he tenido relación con un mitómano, y he sabido de otros casos, que han supuesto la ruina de sus familias y que han llegado a provocar depresiones a quienes les querían. Su patología, en fin, ha generado patologías en otros, ruina financiera, desconfianza,etc. Sí, es cierto que necesitan ayuda, aunque es difícil proporcionársela porque no se dan cuenta de que tienen un problema, pero no son unos pobrecitos. De hecho conviene tener cuidado, porque el percibirles como pobrecitos hace que quienes les rodean queden atrapados en su red de mentiras, y que luego sufran mucho a causa de ellas.
BS
Balena, la mentira siempre causa dolor, es indiscutible. Traté el tema de una forma amena, sin entrar en casos concretos dolorosos, centrándome en dos personajes que me sorprendieron. Nada más. Ni pretendía ser más preciso ni pretendía generalizar y cerrar ahí. Indudablemente donde hay mentira, por patológica que sea, hay dolor. Probablemente tienes razón en que debería haber llamado la atención de ese aspecto de forma directa, y no tanto en la ayuda que esas personas, antes de saberse la mentira, aportaron a sus respectivos movimientos gracias a la ingente capacidad de trabajo que desarrollaban.
Un fuerte abrazo y tienes razón en una cosa que se desprende de tu escrito: estos personajes resultan muy curiosos leídos en un blog o en un artículo, pero mejor no toparte con ellos en tu vida cotidiana. Abrazos.
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