RILKE
Yo nací, respetadme, en una época en que no existían todavía los manuales de autoayuda. Pero los de mi generación, y generaciones anteriores, supimos descubrir que ciertas palabras de grandes autores nos enseñaban el valor de las cosas, nos descubrían facetas ignoradas de nosotros mismos y, de paso, nos coeducaban en la convivencia de géneros. Tuvimos grandes maestros... y no salimos tan mal. Ahora, claro, con los manuales de autoayuda y con el bendito coaching todo funciona mucho mejor, ejem.
Por ejemplo: yo nunca fui poeta pero recibí, puntual, las cartas de Rainer Maria Rilke.
"Creo, sin embargo, que usted no ha de quedar sin solución si sabe atenerse a unas cosas que se parezcan a éstas en que ahora se recrean mis ojos. Si se atiene a la naturaleza, a lo que hay de sencillo en ella; a lo pequeño que apenas se ve y que tan improvisadamente puede llegar a ser grande, inmenso; si siente este cariño hacia las cosas ínfimas y, con toda sencillez, como quien presta un servicio, trata de ganar la confianza de lo que parece pobre, entonces todo se tornará más fácil, más armonioso, de algún modo más avenible. Tal vez no en el ámbito de la razón, que, asombrada, se queda atrás, pero sí en lo más hondo de su conocimiento, en el constante velar de su alma, en su más íntimo saber.
Por ser usted tan joven, estimado señor, y por hallarse tan lejos aún de todo comienzo, yo querría rogarle, como mejor sepa hacerlo, que tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón no esté todavía resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún -y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue así a internarse poco a poco en la respuesta anhelada y, en algún día lejano, se encuentre con que ya la está viviendo también. Quizás lleve usted en sí la facultad de crear y de plasmar, que es un modo de vivir privilegiadamente feliz y puro. Edúquese a sí mismo para esto, pero acoja cuanto venga luego, con suma confianza. Y siempre que ello proceda de su propia voluntad o de algún hondo menester, écheselo a cuestas sin renegar de nada.
(...)
Yo creo que también en el hombre hay maternidad. Tanto en su espíritu como en su cuerpo. Pues su modo de engendrar es así mismo una especie de parto. También es parto cuando crea al impulso de una íntima plenitud. Acaso haya entre los sexos mayor grado de parentesco y afinidad que el que se supone comúnmente. Y la gran Renovación del mundo consistirá quizás en que el hombre y la mujer, una vez libres de todo falso sentir y de todo hastío, ya no se buscarán mutuamente como seres opuestos y contrarios, sino como hermanos y allegados. Uniéndose como humanos, para sobrellevar juntos, con seriedad, sencillez y paciencia, el arduo sexo que les ha sido impuesto."
Rilke; Cartas a un joven poeta, Carta IV.
16 comentaris:
Interesante entrada, amigo Ramón. Como se puede ver el ser humano, a lo largo de la historia, ha ido fraguando formas de vivir y entender la vida para afrontarla mejor. Luego, en la etapa de la ciencia, del poder del conocimiento, llegamos los psicólogos y estructuramos esos pensamientos haciéndolos nuestros y fraguando teorías obvias que recogían, en gran medida, los planteamientos de los grandes pensadores y su praxis.
Es cierto, en el hombre también hay maternidad, pues también pare. Pare ideas, conceptos, conocimientos, afectos y otras muchas cosas que hacen que la vida evolucione. La verdad es que cambiaré la palabra pare por descubre. Todo está ordenado y solo hace falta conocer los mecanismos que lo hacen funcionar, pero se siente madre y padre de lo descubierto, al fin y al cabo, el espíritu de la maternidad no es nada más que eso.
Un abrazo
Pues no podría añadir nada al comentario de Antonio, lo suscribo, pero gracias a esa pequeña diferencia puedo asegurar que parir es algo biológico, pero ejercer el cuidado, cariño y demás funciones protectoras pertenece al corazón de cualquiera de los padres, y el sexo es indistinto. Cierta forma inherente a cada uno puede variar, pero yo conozco algún padre que ejerce mejor de madre que la que pario a las criaturas. Un abrazo.
Ramón,has dado en mi punto débil.
"¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.
Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!"
Extraordinario Rainer Maria Rilke.Unos de mis escritores favoritos.
Abrazos
Nada que añadir a los comentarios , complementarios de Antonio y Emejota.
Firmo los dos.
Yo también soy de esa vieja generación en que las soluciones estaban sugeridas y había que hacerlas propias, no se trataba de consumir las más vendidas
¡Qué grande el hermafroditismo del artista! Y qué grandes los consejos del maestro. ¿Habrá dejado Bolonia algún especímen de estos suelto?
Un petó
Mirá vos, no sabía que las cartas de Rainer estuviesen dirigidas a mi amigo Ramón. Ahora tengo algo más de lo que vanagloriarme: las cartas de Rilke eran para un amigo que conozco.
Y sin temor a equivocarme, por lo que he llegado a leerte, has aprendido muy bien de las palabras que te legó. Has hecho de las pequeñas cosas, cosas que valen la pena y parecen gigantes.
Un abrazo.
Antonio, Emejota, María Jesús, quise expresar que las ideas sobre el rol de los géneros que ahora parecen tan novedosas en realidad no lo son tanto. Naturalmente estoy de acuerdo con lo que dices, Antonio. Si crear es dar vida esa potencialidad es humana. Un abrazo a los tres.
Felipe, y el poema que traes es tan extraordinario... Rile es un referente poético absoluto.
Miguel, es justo eso. Ahora necesitamos todo mascado... qué mal.
Ataúlfa, ya sabes lo que pienso de Bolonia. Mala cosa. No... Bolonia es la época del túrmix, de la papilla.
Curiyú, estas cartas literarias son para todos y todos, por tanto, podemos hacerlas nuestras. Un abrazo, amigo.
Ramón, con autores como éste no hacen falta los manuales de autoayuda.
Yo soy de los que pienso que el que mejor se puede ayudar es uno mismo con su voluntad y su reflexión.
Saludos.
Pues siento disentir de la mayoría, Ramon. Rilke debería haber sido monje benedictino o haber fundado su propia orden para poder dictar reglas y captar vocaciones que escriban, en su madurez (¡no antes, por Dios!) siempre el mismo poema.
Leí hace muchos, muchos años esas cartas. Después las he vuelto a leer, y entonces me parecieron de una vanidad extraordinaria y ahora... ahora es que no aguanto la sacralización de la poesía y Rilke se creía su sumo sacerdote.
Hay que leer con atención: "Para sobrellevar juntos, con seriedad, sencillez y paciencia, el arduo sexo que les ha sido impuesto". ¡¡Insuperable!!
¡Salud!
La ignorancia de uno, no tenía ni idea de que eso que has escrito existía. Me ha traído recuerdos de cuando yo creía en la utopía. De cuando no había blogs y yo regalaba postales con pensamientos positivos a mis amigos.
De los libros de autoayuda ni me hables. Me caen mal desde el principio :)
Despues de estos tesoros que nos muestras, los libros de autoayuda de la actualidad, me parecen basura.
Me ha gustado muchisimo.
No puedo hablar con propiedad de los libros de autoayuda porque no he leído ninguno, al menos íntegro, pero en cuanto a la mención irónico-sarcástica del coaching, disiento totalmente, estoy bastante a favor de su uso y de su aplicación puntual, es más, diría que, sin menospreciar el valor inmenso de la literatura (soy de letras), donde no llega uno llega otro, o al revés. Quiero decir que, en el mundo de hoy, a nadie le viene mal que le echen una mano, una ayuda, máxime cuando no nacemos enseñados. Hay mucho por aprender de nosotros mismos y de los demás. Si ese aprendizaje llega por Rilke, por un psicólogo, o por un coach, qué más da. Estoy totalmente a favor de que me ayuden a entender este loco mundo, o a sobrellevarlo mejor, o a que no me lastimen tanto mis heridas.
Además, perdóname pero hay algo en tu post que destila un aroma a "cualquier tiempo pasado fue mejor".
En lo demás te sigo, claro.
Los libros de autoayuda no sirven. Por más que uno los lea mil veces, no pasa nada...
Todo se queda igual!
Y de ese escritor no puedo opinar... estoy indecisa todavía.
Baci
Querido Ramón, cómo me gusta que hayas traído a Rilke, uno de mis poetas favoritos, cuyos libros tengo deshojados de tanto darles caña.
Y lo traes al compás de reflexiones hondas y acertadas, como es el amor a las pequeñas cosas, el acostumbrarse a vivir con las preguntas y demás que expones de sus "Cartas a un joven poeta".
Me gusta tu entrada, me gusta que aprendieras de aquel ser que nos enseñó a vivir con los ángeles terribles, me gusta que le rindas homenaje, que no todo el mundo entiende a este gran poeta, que no todo el mundo está abierto al profundo discurrir de su mente.
Dos versos de él me acompañan desde hace más de treinta años y surgen en mi pensamiento cuando necesito calma: "Tú no tienes que entender la vida. / Entonces será como una fiesta" (De sus poemas de juventud, los tempranos, y cito de memoria, espero que bien).
Gracias por haberme hecho disfrutar y gracias por compartir a este gran poeta (¡cómo me agrada que también te influyera en tu aprendizaje sentimental!).
Besazos enormes, queridísimo amigo.
Soy de una generación anterior a la tuya...y evidentemente que no habia la variedad de libros de autoayuda que existen hoy...es inmenso el mercado de este genero...
yo en algún momento de mi vida, hubiera necesitado leer esta literatura...y no pienso despreciarla.
El primer libro de autoayuda que me llegó a las manos fué "yo estoy bien, tu estas bien de Thomas A. Harris y ojalá hubieran habido unos cuantos más(en mi temprana juventud)...
Tengo muchas cosas que criticar de la educación (en el colegio de monjas) que recibí, respecto a muchos temas....por suerte he tenido la oportunidad de poderlo comentar con mi amiga Carmela mi educadora precisamente de literatura...
entrada el cucharro de Carmela
Para mi no fué precisamente Rilke una lectura favorita...
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