HÓRREOS. GALICIA, CLARO
Ocurre que cuando viajamos somos vulnerables. Tenía una amiga, todo un carácter, que para ligar tenía que tomar un avión e irse a Moscú, por poner un ejemplo, porque allí no estaba en casa y al encontrarse perdida aparecía una imagen menos fuerte que hacía que los hombres quisieran acercársele para protegerla y darle cariño. O eso decía ella, que llegaba de cada nuevo viaje con el fichaje de turno y pletórica de satisfacción.
No voy a hablar de ligues ni de vulnerabilidad, sino de aprendizaje. Porque, aunque no esté probado que la vulnerabilidad aporte ligues, al menos a las mujeres, sí lo está que aporta nuevas miradas. O miradas más atentas. Es por eso que, al encontrarnos en un entorno desconocido, nos fijamos más, y todo nos parece o más grande, o más importante, o más genuino. Probablemente lo sea, y la mirada extrañada sea, como la del niño, la que aporte la verdadera dimensión de las cosas.
Cuando en el verano de 2009 estuve en Galicia mi mirada fue esa, como siempre. En Galicia había permanentemente algo diferente en el ambiente. Probablemente el adormecimiento de mi Mediterráneo se había perdido, probablemente el orgullo de lo grande (Madrid, Barcelona, Sevilla) también había quedado olvidado. Asomaba el Atlántico, asomaba lo celta, asomaba el tópico del norte, las leyendas, las brumas, otra mitología menos romana y más bárbara. Supe que yo podría vivir allí (lo primero que me cuestiono de todos los lugares que visito) porque nada de su entorno (físico o espiritual) me era ajeno.
¿Cómo poder explicar todo lo que te aporta una tierra que descubres? ¿Cómo verbalizar la enorme lista de impresiones y de sugerencias apenas entrevistas (como apuntadas a toda velocidad en una servilleta de papel)? ¿Cómo decir con palabras la impresión que los siglos y los milenios han dejada grabada en una persona viajante, caminante o llanamente turista? Porque en Galicia, como en los grandes sitios, fue eso: el peso de los siglos y de los milenios en una roca enorme que no todo el mundo observa pero que todo el mundo siente. Galicia es lo que se quiera, menos ligera.
Ese poso inmenso de tradiciones diversas se concreta en otra peregrinación de la que me habló María Jesús, nuestra amiga de Paradela: es mucho menos conocida que la del Camino pero seguramente más antigua, y atestigua ese pasado remoto del que nos hablan las piedras y las miradas. Se trata de la peregrinación a San Andrés de Teixido, una ruta de origen celta en la cual no se puede matar a los animales que uno encuentra por el camino (lagartijas, por ejemplo) porque se trata de las almas de los muertos que llevan a cabo una peregrinación inevitable. Porque "ao Santo André de Teixido vai de morto o que nom vai de vivo". Ahí va un breve fragmento de un artículo del profesor Xosé Paz que apareció en la revista Auria (gracias también, María Jesús Paradela, por tu traducción) hablando de la inequívoca autenticidad gallega de esta peregrinación: "Sentimos opinar que la de Compostela no es peregrinación auténtica, porque allí puede estar el alma del apóstol Santiago, pero es imposible que esté su cuerpo. A lo mejor es el cuerpo de Prisciliano, tal como muy bien señalaba Castelao en su Sempre en Galiza".
Pero vuelvo al principio, a la mirada del recién llegado. ¿Qué es lo primero que miré con admiración? Los hórreos, supongo. Arquitectura magnífica, bellísima. Lo útil en forma bella. Pero de una belleza discreta, como si los propios moradores no se hubieran dado cuenta. Porque en Galicia conviven, por lo que vi, dos espíritus que no se contraponen. El discreto, el sencillo, el que pasa por la vida sin hacer ruido, y el ampuloso, el que sabe que necesita llamar la atención para sobrevivir. Cuando supe que en la Catedral de Santiago hay dos pórticos, el barroco por fuera y el románico, el pórtico de la Gloria del maestro Mateo, por dentro, entendí esta ambivalencia gallega y la enorme complejidad de este pueblo. Aunque lo grande aparezca a veces, el alma es sencilla, discreta y enormemente hermosa.
(Continuaré hablando de Galicia en otra entrada. Querré entonces hablar de los cruceiros, la cruz misteriosa de los caminos que tanto me sorprendió)
34 comentaris:
he estado en Galicia dos o tres veces y me encanta, los hórreos mismo los encuentro preciosos, las famosas aldeas, todo el esplendor de la catedral de Santiago, las rías y sobretodo el comer, se come de maravilla, sobretodo para aquellos que les gusta el marisco, la gente es dulce en el hablar sobretodo si lo hacen en gallego,hace ya tiempo que no voy para allá pero me gustaría volver, estuve comiendo una vez en El Mosquito de Vigo y comimos muy bien, ya no se si existe este restaurant.Una abraçada Ramon
Tus crónicas viajeras me encantan, querido Ramón.
También me parece Galicia una tierra llena de embrujo, de belleza, de sabiduría. Tengo varios amigos a los que frecuento por la zona y nunca deja de sorprenderme su variedad.
Sigue trayéndonos tus impresiones porque son de gran belleza también.
Un beso admirada
Hermosa y esperada entrada, Ramon.
Ramón cuando vi la fotografía que pusiste del horreo recordé una entrada que sacó ayer un blog que sigo. Está en esta dirección
http://obichero.blogspot.com/2011/01/fumadoiros-clandestinos.html
Está en gallego pero no creo que tengas problemas. Como ves los gallegos le buscamos utilidad a todo.
Bicos
Galicia tiene magia, la he visitado en varias ocasiones y sobre todo cuando hice el Camino de Santiago, siempre sueño con volver y lo digo literalmente, un saludo y que los Reyes Magos se porten bien....
Monsieur, un maravilloso viaje el que nos ha dado usted por tierras gallegas, haciendonos participar del espiritu de aquellas tierras.
Aguardo como peregrina la continuación de ese recorrido.
Feliz dia
bisous
Ésta es una de las entradas más hermosas que te leí. Supongo que el asunto es que tus palabras llevan el alma misma de tu viaje. El alma de nostalgia.
Es verdad que todo viaje nos deja algo. Pero supongo que algunos más que otros. Y en este caso, uno no puede dejar de pensar que Galicia es una tierra ineludible, y que su historia es un importante fragmento de la nuestra.
Por eso ha de ser, también, que tu texto es ineludible. Porque esta fotografía de Galicia, si no es perfecta, es, si, un punto de vista precioso, que, como todo viaje, nos deja algo en el alma.
Un abrazo.
"Podría vivir en Galicia"...pásate un añito a remojo en estas tierras, un invierno sin sol, un verano con nuves y lluvias ocasionales, la chaqueta por la noche que refresca, y si hace calor, ola de incendios arrasando todo, pasate pasate y luego planteate lo de vivir en esta tierra.
Un saludo.
Impresionante Galiza. Misteriosa y bellísima. Para ir a Finisterre nos enredamos por una serie de carretras secundarias que discurrían en medio de bosques con la niebla deshilachándose entre las ramas. Esperaba ver sílfides o en su defecto alguna meiga.
Fuimos con Abdu, un niño saharaui el cual me dijo que la paza del Obradoiro era seguramente la más bonita del mundo.
Una abraçada
Me apasionan las crónicas de tus viajes...de alguna manera viajo contigo porque explicas con todo lujo de detalles cada lugar que visitas.
He visto que pasaste la Nochevieja en París ¡Que suerte!
Tambien yo Ramón, te deseo un Año Nuevo lleno de cosas estupendas.
Un fuerte abrazo, mi amistad, y mi cariño.
Descubro los Hórreos y con ellos, tu sensibilidad. Simplemente, hermoso.
Lo que cuentas de Galicia me ocurrió con Asturias, concretamente con el entorno de los Picos de Europa, llegué y me quedé. Atras Mediterraneo, grandes ciudades y todo tipo de espacios ajenos. Esto no significa que no los ame, sino que la experiencia especial tuvo lugar en ese punto. Quedas invitado a visitarlos. Un fuerte abrazo
Sólo deseaba contestar a O SuSo... Me encanta la lluvia. La lluvia limpia, purifica, lava. Y lo carga todo con iones negativos, que resulta que por esas paradojas de la vida son enormemente positivos, según dicen. No me asusta la lluvia, como no me asusta ni el frío ni la niebla. Sí, me ratifico, podría vivir ahí.
Dilaida, después de comer me pasaré por el blog que me mandas. Gracias por tus atenciones. Un beso. Antonia, qué maravilla la opinión del niño, maravillado con el entorno. Emejota, puedo entenderlo absolutamente. Tengo ganas de conocer Asturias también.
Un abrazo a todos.
Yo no conozco Galicia, nunca he estado, si que lo he hecho en Asturias y Cantabría, sin ir mas lejos este verano, los Picos de Europa, como dice Emejota, son excepcionales, como para quedarse a vivir.
Estoy de acuerdo en que hay lugares que te envuelven de una manera especial, yo confio en no tardar mucho en visitar Galicia, es una de mis espinitas.
Un abrazo
¡Qué magnífico texto! Yo estuve en San Andrés de Teixidó y en Santiago, no de peregino sino de turista, y estoy de acuerdo en esa como doble naturaleza humilde y universal de la cosa gallega. Una muy bella y muy sugerente tierra que a veces parece ser la explicación del mundo mientras orballa despacio y mansamente...
Galicia. Una recorrido pendiente.
Una entrada preciosa que rinde tributo a una tierra también preciosa y llena de magia, verdor y bellísimos paisajes.
He estado muchas veces en Galicia, incluso mi hermana vivió allí, en Quiroga -un pueblecito de la ribera del Sil-, durante un tiempo. Es tierra de contrastes. La primera vez también me llamaron muchísimo la atención los cruceiros y los hórreos (estos últimos también son muy usados por los asturianos).
Siempre que voy encuentro nuevos detalles que me impresionan. Un lugar mágico, sin duda.
Un fuerte abrazo.
Cari, como gallego te doy las gracias por un post tan cariñoso. Galicia es eso y mucho más, pero yo no soy neutral, claro, así que me cuidaré de alabarla. Su belleza como su humedad es algo que te viene de dentro a fuera, no al revés.
La peregrinación a San Andrés es muy curiosa, un sitio completamente distinto a la grandilocuencia de Compostela. En cualquier caso, yo creo que es igual de absurdo peregrinar a una tumba sea el cuerpo de prisciliano o del apóstol, pues no creo que un cadaver alli depositado pueda hacer muchos milagros, aunque sea el santo que me ha dado el nombre, jajaaj.
Eso si, los horreos gallegos son muy bellos, pero al lado del horreo, en gran parte de los pueblos, los paisanos han jodido el paisaje, recebando sus casas de piedra, mal pintándolas de horribles colores o sin pintar, y elevando en pleno campo horribles edificios impersonales de pisos.
menos mal que en Galicia queda todavía mucho paisaje virgen, telúrico, ancestral, que permanece ajeno al paso del hombre por aquella amable tierra.
En fin, cari, bezos con sabor a queso de tetilla y orujo jaaja
Galicia tiene magia. En ese aspecto es única. Es bella y peculiar. Y además es un sitio donde además de la vista se alegra el estómago.
Salud y República
A mi me pasa igual, cuando viajo me vuelvo más vulnerable... pero me gusta.
Me encanta Galicia, y me gusta tu manera de narrar tus crónicas viajeras.
Espero la de los cruceiros.
Besos
noche.
P.d. Ya te encontré, jejje. Me lo pusiste difícil, pero tu "Grito de Lobos" me facilitó las cosas. Si necesitas una espía, contrátame, soy buena en esto, juass.
Nunca he estado en galicia pero por lo que posteas y las imágenes impresionantes es de seguro que es una maravilla de la arquitectura. un gran abrazo
Como me gustan leer tus viajes!. Ramon, te has dado cuenta que a todos nos has trasportado a esta maravillosa tierra en unos minutos. Yo también conozco Galicia, y creo que bastante bien. Las ermitas, santuarios, fuentes o una simple piedra. Galicia es una de las regiones más ricas en leyendas, enclaves mágicos y romerías de míticos orígenes. En algunos casos se trata de ancestrales ritos. La Costa de la Muerte es un buen ejemplo.
Una abraçada Ramon.
Galicia y Asturias espectaculares...tengo un gran recuerdo, aún con lluvia y niebla y despejando en minutos... la costa y el interior...buen vino y mejor comida...gentes amables...magnificos lares que tan bien nos has acercado Ramón.
Noche, me dejaste de piedra cuando vi que me habias encontrado tan facilmente... Me alegro mucho de que finalmente me encontraras y tambien de tus capacidades detectivescas. Uno a cero a favor tuyo. Muaks.
Yo también podría vivir allí, y además me gustaría hacerlo :) Hay un pueblo da costa meiga, como a ellos les gusta llamar lo que los demás llamamos costa da morte, que se llama Laxe. Siempre pienso en él cuando alguien me pregunta donde te irías a vivir.
Me gustó mucho la crónica. Un beso, Ramón.
Hola Eastriver:
Siempre que estoy en Galícia, al final siento morriña....cuando me regreso.
Cuando venía de vacaciones a España desde Venezuela era donde llegábamos. La casa de mis abuelos paternos, con sus animales abajo, sus viñas y su "canatro" (hórreo) donde los últimos años ya solo se guardaba los huevos de algún pájaro despistado....
Me gusta mucho Galícia, sobretodo Ourense y Tui....
Saludos
Bonito, muy bonito homenaje a Galicia. Yo también he estado en las tierras de nuestras amigas María Jesús y Marisol y me ha quedado con ganas de volver. Quizás este año.
Saludos progresistas de Madrid i una abraçada molt forta.
Coincido en que no es fácil explicar ese cúmulo de sensaciones que se agolpan, quizás hay que dejarlas reposar y, más tarde, al contemplar una imagen o visualizar un recuerdo del viaje, afloran.
Yo, que ya hace tiempo que visité Galicia, guardo la contemplación de ese paisaje tan distinto del mío.
A mí me encanta el mar, y que éste se adentre a cada dos pasos en la tierra me maravilla.
Y las gentes, sobre todo me impresionaron las mujeres que hasta en festivos importantes iban a labrar su trozo de tierra.
Y los hombres de la mar.
He recordado que tengo unas fotos preciosas de ese difícil y artesanal oficio, que voy a buscar y poner en mi blog un día de estos.
Buena entrada de año viajando.
Pues no conozco Galicia; es lo que tiene haber viajado poco. Y eso que mis ascendientes son gallegos. A ver si algún día :)
He estado en Galicia en dos ocasiones, pero no la conozco bien. Me quedan visitas pendientes. La impresión que me ha causado Galicia es la que tú tan magistralmente describes: es como una alma antigua sobre la que han llovido todas las nubes de la historia y se han quedado prendidas en sus paisajes.
Muy linda y amena forma de narrar y describir... es hermoso viajar y hay tantos lugares bellos para conocer...
Cariños
Felicidades por el artículo. Como gallego me he sentido identificado en el reflejo que nos ha brindado de su visión particular acerca de Galicia. Le ofrezco la posibilidad de que pueda consultar la web de Turgalicia en la cual podrá obtener información detallada tanto del patrimonio civil como religioso, amén de todo lo relativo a nuestros recursos turísticos: www.turgalicia.es . Gracias y no dude en ponerse en contacto con nosotros si necesita información turística de Galicia.
La bruma, el verde y la piedra. Muchas veces soñé Galicia en los inviernos secos y fríos de mi tierra. Pero los hórreos, esos animales mitológicos petrificados a golpe de cruz, siempre fueron un misterio.
Ramon no entiendo como me había perdido una entrada tan maravillosa sobre mi tierra ,me ha emocionado el cariño que desprenden tus palabras y lo bien que has descrito la dualidad del espíritu gallego.
que morriña me ha entrado después de leerte ,espero ansiosa la de los cruceiros .
Un besazo
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