PANOTS DE BARCELONA
Los pequeños detalles cotidianos de los lugares que visitamos adquieren, a veces, categoría de icono. No me refiero a los monumentos típicos (torre Eiffel en París, Big Ben en Londres, la estatua de la Libertad en New York) sino a pequeñas cosas que observamos y que no teníamos vistas de otros lugares. Así, en mi caso, el color roma de Roma, ese color rojizo tan emblemático de los edificios de la ciudad eterna, al que dediqué una entrada en mi anterior blog. También los pinos romanos, recortados al atardecer, como sombras vigilantes de la ciudad eterna. O las ventanas de las buhardillas de París, vistas desde la calle, sobresaliendo en los tejados. O los semáforos del Berlín este, con el señor con sombrero como figurita del rojo. Quizá los perros de Atenas. En fin, detalles, aspectos intrascendentes que resumen la imagen mental de la esencia de una ciudad.
¿Cuál sería para mí el icono de mi ciudad si fuera yo extranjero en ella? Seguramente las baldosas del pavimento. Lo que en catalán conocemos como panots. En la mayoría de ciudades no existen, tan sólo una masa de alquitrán alisado.
Hace tiempo me paseé por la ciudad fotografiando esas baldosas barcelonesas, alguna con mucha historia. Fotografié también los huecos de las baldosas robadas en el Passeig de Gràcia: son las que diseñó Antoni Gaudí, y como los turistas lo saben, si hay alguna algo suelta la arrancan y se la llevan.
El panot más original y más codiciado es pues el diseñado por Gaudí que puede verse en las fotos de arriba. En la primera en su versión original, de pequeño tamaño, tal como lo diseñó Gaudí para el interior de la Casa Batlló del Passeig de Gràcia. La segunda, una versión de mayor tamaño, que fue la que se colocó durante los años 70. Hace unos quince años volvió a restituirse la versión original, pues la mayor se rompía con gran facilidad.
El Panot Gaudí, efectivamente diseñado por el arquitecto, se ha popularizado de cara a los turistas. Se venden reproducciones, probablemente para evitar que demasiados decidan arrancar los panots de las calles. De hecho el ayuntamiento debe gastar unos 150.000 euros anuales en reponerlos, como se cuenta en esta crónica.
Pero hay otros panots barceloneses tanto o más emblemáticos. Probablemente el más famoso es el conocido como Rosa de Barcelona: la flor o, según algunos, trébol de cuatro hojas que parece que se debe a un diseño del también arquitecto modernista (y presidente de la Mancomunitat) Josep Puig i Cadafalch. En el portal de la casa Ametller, también del Passeig de Gràcia, puede apreciarse una baldosa originalmente diseñada por Puig i Cadafalch que se parece muchísimo a la que después llenaría las calles de toda la ciudad. Esta es la Rosa de Barcelona:
Debo decir que cuando visité Bilbao descubrí la loseta bilbaína que es casi idéntica a la de Barcelona pero el dibujo es más pequeño y con unas líneas que salen de cada uno de los pétalos. Naturalmente prefiero la original de Barcelona. Este panot, yo creo que el más famoso y común, ha generado también un abundante merchandising: bolsos, anillos, chocolatinas.
Esta Rosa de Barcelona también ha inspirado el panot circular rosado que indica las principales paradas de la ruta modernista de la ciudad. Encontrarse uno de estos significa que te hallas ante un edificio representativo de la ruta.
Existen otros panots también bastante frecuentes. Todos ellos han sido fabricados y diseñados por la casa Escofet & Cia., inspirados en dibujos de esos grandes arquitectos y dibujantes, desde que en 1916 ganara un concurso público, como se cuenta en dos entradas del blog del amigo Miquel, Tot Barcelona: aquí se habla en general de los panots y en esta otra entrada de las características y creación del llamado panot hidráulico.
Veamos los otros panots característicos. Los dos primeros creo que ya no se ponen. De hecho, el primero resulta bastante inusual aunque todavía es posible encontrar alguno en el pavimento de algunas zonas. El segundo, con las tres circunferencias concéntricas, se ve más aunque dudo también que se esté poniendo en estos momentos. Los tres últimos creo que todavía se usan: el de los cuatro ojos, y los dos modelos de tableta de chocolate: 2x2 y 3x3.
Gracias al blog de Miquel que he citado antes y al blog Barcelofilia he descubierto otro modelo de panot que no conocía, que de hecho ni siquiera he visto: debió de ponerse hace mucho tiempo. Es el llamado panot de la rosa.
Existen otros modelos, más recientes y con menos pedigrí. No tienen siquiera nombre, que yo sepa. Son los modelos que se han ido colocando en estos últimos años para los bajantes de la calzada, para señalar las paradas de bus o para pavimentar otras zonas de la ciudad.
Y entre los panots emerge el recuerdo de un elemento muchísimo menos estético y más revolucionario: la llamborda (el adoquín). La llamborda casi ha desaparecido en Barcelona, aunque es posible recuperarla en algunos lugares dispersos. Siempre me he preguntado si su sustitución, además de atender a criterios de comodidad, no se debe también al tremendo recuerdo de las barricadas que se levantaron durante la llamada Setmana tràgica cuando la Barcelona obrera se levantó contra una aristocracia y una Iglesia que condenaban al obrero al esfuerzo inhumano y a la muerte en guerras lejanas. Remito a otro blog amigo, Barcelona Antiga, que también se ocupó del tema en una entrada.
Para acabar quiero dar las gracias a Mari Trini por la información y los enlaces. Ya hace tiempo me remitió a los blogs que aquí cito. Su mismo blog creo que resulta imprescindible para conocer elementos históricos y de la realidad actual de la ciudad de Barcelona. Y, ya puestos, gracias también a Josep Estruel por presentarme el blog de Mari Trini.
31 comentaris:
Muy interesante.
Todos los días tenemos la oportunidad de aprender algo nuevo, tu tierra tiene cosas grandes hay que divulgar y tú lo haces muy requetebién.
Un besico.
Barcelona es una ciudad muy bella y tiene el arte de Gaudí, lo más representativo.
Me encantó tu entrada.
Un beso.
Vaya trabajo de investigación, interesante y curioso, un saludo.
Maravilloso tu post, es impecable en todo bien relatado documentado, y lo mejor, lo grande que eres de corazón , eso te honra, las gracias te las doy a tí por ser como eres, no se te ocurra cambiar, ni tú ni tu fantástico blog.
Las Gracias se las tendremos que dar a Josep Estruel, otro gran y magnífico señor al cuál estimo mucho, y como no a mi querido Miquel Cartisano, él es mi maestro y él siempre me a animado a seguir y regalándome infinidad de fotos maravillosas que edito y guardo con mucho cariño, sin contar su clase , educación, simpatía , generosidad y su blog, Tot Barcelona...
A tí querido RAMÓN, MI ENHORABUENA POR TU POST DE HOY, PERO TU BLOG ME ENCANTA Y SABES QUE SOY SINCERA.
¡¡¡Un beso y muchas gracias !!!
Qué hermosa entrada! Qué bellos son los panots...sobre todo esos que indican lugares importantes y unos que me sugirieron tabletas de chocolate...creo que me haría una panzada mirando el horrendo piso de Buenos Aires, sus agujeros y sus baches.
Un abrazo.
Me has de perdonar que no haya entrado hasta ahora. De entrada te diré que me lleva más tiempo que antes y no me aclaro bien con este nuevo diseño de bloc (cada vez más complicado). Los panots son curioso de por si pero te falta uno que yo te enviaré de inmediato ¡¡¡ siiiiiiiiiii ¡¡¡¡ para que añadas a tu colección. Uno de los tres panosts que quedan en Barcelona con la firma de Escofet (de vez en cuando ponía alguno y se han ido perdiendo o ropiendo) así que me envías tu emilio por correo y yo te mando la foto y otra más con la palabra VADO , de la que solo hay UNO ¡¡¡¡¡ jejejeje
miquelcartisano@hotmail.com
gracias a ti a y Mtrinidad por citarme, pero las fotos se han de compartir (así lo creo y así lo hago) tendrás una primicia en tu bloc ¡¡¡ un abrazo y salut
Bon dia, Ramón. Me ha parecido fascinante la entrada de hoy. Desconocía todos esos detalles sobre la historia y la pavimentación de la ciudad de Barcelona y el diseño de esos panots, algunos de ellos realmente bonitos y artísticos.
Gaudí era un genio y su obra patrimonio del mundo entero, así que deberíamos hacer un esfuerzo por conservarlo y cuidarlo siempre. Y multar a turistas y no turistas cuando tienen la tentación de hurtar elementos tan valiosos. Además, lo más probable es que cuando se cansen de ver el baldosín encima del televisor lo acaben lazando a la basura. Señor!
Una forta abraçada.
Ramon, els de Gaudí per descomptat no tenen preu, però jo em quedo amb les llambordes.
Ja no en queden, és una pena. Aquí on estic ara passa igual. A mi m'agrada veure sortir les petites flors entre aquestes pedres. Son com una supervivència. No se que diria un poeta.
Ramon, els de Gaudí per descomptat no tenen preu, però jo em quedo amb les llambordes.
Ja no en queden, és una pena. Aquí on estic ara passa igual. A mi m'agrada veure sortir les petites flors entre aquestes pedres. Son com una supervivència. No es que diria un poeta.
A tu que t’agrada Paris, hi ha una frase que diu...
...A sota les llambordes hi ha el mar" Maig '68
Una abraçada.
Vaya, algunos no los conocía y he vivido 10 años en Barna...y es que tengo que prestar más atención.
Me parece un post muy interesante y no veas lo que he aprendido hoy
Petons
Ramon, me vas a permitir que te cuente una anecdota que me pasó una vez. Yo tenia un amigo, Carlos Pinar, que te aseguro que era el mejor ciudadano de Barcelona, pero de largo. Una vez ibamos paseando por el Paseo de Gracia, y él al pisar se dió cuenta que había un panot que se movia porque estaba suelto.
-Josep, no te muevas de aquí que ahora vuelvo
Al cabo de un rato veo que viene cargado con un water, lo pone encima del panot y me pide que me espere. Al cabo de unos minutos se presenta la guardia urbana para hacer que retiremos el water de allí.
-No pienso hacerlo hasta que no venga una brigada a repararlo. Al cabo de dos horas ya estaba solucionado.
Murió como quiso morir.
En el campo del Barça, y ganando al Madrid. Lo consiguió.
Gracias por permitirme esta anecdota.
Ramon, disculpa el comentari que t'he deixat d'aquella anècdota. És certa del tot i bastant més llarga, però no cal que la publiques si no ho desitges. He pensat amb ella al veure la foto del panots que hi faltaven. Gràcies
Pues no tenía ni idea, mira que soy despistada, tan solo caigo en la cuenta en los cruces que son especiales para invidentes, precisamente donde a Vega más le gusta hacer pis.
Algunos son preciosos, a partir de ahora me fijaré más en los panots. Gracias por una información tan extensa. Bsss.
aquí, al de les rodonetes li diem "de botons". he entrat a mirar la web d'un dels proveïdors que tenim i diuen que el de les flors només el fan "per comanda".
els que més surten ara són els de ratlles i els "de xocolata", i els anomenem segons la quantitat de ratlles, pastilles o botons, segons lo color, la mida i el gruix.
potser sí que no tenen "pedigrí", però imagino que d'aquí a uns anys també podran semblar-mos entranyables.
a mi també m'ha agradat molt este post de panots i de llambordes. jo sempre els dic "adoquins", en la forma castellana. encara en tenim, però ara la majoria són més plans. m'has fet pensar que potser els fan així per a evitar que els "reaprofitéssem" :)
no sabia que els turistes s'emportaven los panots de gaudí. són molt bonics. fins i tot quan no hi són i hi dixen un buit.
Una entrada fantástica, me he quedado hipnotizada mirando los panots, tan diversos y bonitos.
Cuando he visto el que está encima del de los tres círculos, lo he recordado enseguida, y me ha trasladado a otros tiempos. El de Gaudí, tan precioso, van a tener que tomar medidas para que no desaparezcan.
En una tienda he visto los bolsos y monederos con el logo de la Rosa de Barcelona, y la verdad es que quedan muy bonitos. Ya va siendo hora de que desaparezcan los toros y los sombreros mexicanos de las tiendas de souvenirs y vendan cosas auténticamente barcelonesas, como los panots en miniatura, por ejemplo, pero me parece que tal y como van las cosas tenemos toros para rato.
¡Genial el artículo de Maruja Torres!
Un abrazo.
Hola Ramón.
Gracies per el comentari en el meu blog, allá l´he contestat, jo no he fet cap Post al referent.
Si que son bona gent, més ben dit sou bona gent.
Ara parlan dels panots les vegades desde que vareig neixar i el any que vareig viurer a Barcelona, les vegades que hauré trepitjat els panots dels Paasig de Gracia sense pensar qu´eren disenyats per en Gaudí.
Gracies per aques Post perque m´ha recordat a la meva Barcelona.
Una abraçada, Montserrat
Hola Ramón: M'agradat molt el teu post, sobretot perque yó també tinc la curiositat, de fotograiar-los. Però no pas de Barcelona, que també, sino de tot arréu. El que pasa es que les tinc mitg escampades, per els arxíus de fotos que en son abundats.
Quedo a la espera, d'un café, que pel que es véu,encara es al'África o a Colombia....quand hagi passat tots els controls aduaners ja m'ho faras saber. Una encaixada de mans, forta, d'amiga lleial.
Quise comentar ayer pero en el portátil no me deja si hay que verificar letras, por eso llego ahora.
Me encanta la lección que nos das sobre las clases de panosts que existen en tu ciudad.
Bicos
Pues sabes tù, que es una de las cosas que sì me fijo cuando voy paseando por una ciudad, pero cada vez quedan menos y el cemento ò piedra artificial son las que estàn cambiando el paisaje de las calles.
Me gustò tu entrada. Enhorabuena
un fuerte saludo
fus
He gozado con tu entrada porque me ha llevado a Barcelona, a su recuerdo.
Barcelona es una ciudad que me gusta muchísimo, bien lo sabes. Aunque siempre suelo fijarme en los edificios, y allí los tenéis preciosos (siempre miro hacia arriba), también me llamaron la atención las losas de las calles, sobre todo de algunas, como el Paseo de Gracia, las Ramblas y algunas calles adyacentes a la catedral.
Son preciosas los "panots" que nos muestras, parte de esa que es nuestra segunda casa: la ciudad.
Abrazos.
Pues me doy cuenta de que, aunque suela andar mirando al suelo, no había visto tanta diversidad de panots. Me quedo con los más austeros, no porqué la austeridad sea el mantra que ahora toca, sinó porqué el neo-gótico barroco de Gaudí me cansa.
Todo es posible de ser rescatado, en todo lugar la belleza vive, incluso a nuestros pies.
Gracias por esta entrada.
Alicia
Ramón, me encanta esa manera tan curiosa que tienes de fijarte y ver donde los demás no llegamos. Todos miramos el suelo, pero unicamente para no tropezar.
Muy interesante e instructiva la entrada.
A mi en particular casi me da igual el tipo de "panot" con que esté recubierto el suelo, unicamente no me gustan quizás uno de los que más atrae a la gente por lo clásico, es la que dices que se llama "la llamborda", el adoquín, es muy pesado caminar sobre ellos, cansan mucho y es facil tropezarse.
Un abrazo
Ya verás Ramon, como lean esta entrada todos los ladronzuelos, ahora se van a ir para tu tierra a robar esos panots tan chulos.
Feliz día de Sant Jordi.
Bss.
Vengo a darte las gracias por el perdazo de comentario que has dejado en mi blog, aprendo de todos vosotros.
Un abrazo gordo.
Feliç Sant Jordi, Ramón, que más vale tarde que nunca...hace más de seis años que no voy a Barcelona :( pero yo si que me había fijado ya en los panots...no la primera vez, era dificil reparar en ellos porque sólo tenía ojos para los balcones...después sí. Me encanta ese anillo, voy a pedirle a mi amiga Merce que me traiga uno igual :D
Precioso post. Besitos
Les llambordes, sin duda alguna son mis preferidas; Algunas parecen de charol,por el desgaste de las pisadas, otras, códols, de tan redondeadas que se han vuelto. La informalidad de las llambordas es lo que las hace artesanales en su pureza y antigüedad.
Ahora bien,la información que muestras es digna de elogio bien merecido. Gaudí, sin duda, estaría orgulloso de que le estuvieses levantando del suelo para elevarlo a la gloria de su maestralidad.
Muy hermoso y cultural Ramón, Un fuerte abrazo amigo
Ramón, ha sido un auténtico placer recorrer las calles y contemplar los preciosos panots. Todo un ejercicio de saber encontrar la belleza incluso a ras del suelo.
Me ha encantado la entrada, muy original, propia de alguien que sabe mirar.
Pues mira , he estado mirando y en Jerez también es típico ese adoquín. Lo hay en muchas calles, es insoportable cuando vas en coche, porque parece pensado para coches de caballos, pero queda bonito. Aunque cuando llueve y con las hojas de los árboles, resbala un montón. Pero es algo indiscutible de Jerez. Desde luego, aunque incómodo, mucho más bonito que ese alquitrán negro.
Muy interesante tu entrada. No sabia que existieran tantos. Un abrazo
Felicidades por esta maravillosa entrada.
También soy uno de los pocos que nos fijamos en esos pequeños/grandes detalles.
Saludos
Florestán
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