Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

dilluns, 7 de març del 2011

ELECTRA / CRISÓTEMIS

(Este texto fue originariamente publicado en el blog Grito de Lobos)

Los grandes clásicos nos ilustran, nos explican, nos ayudan a pensar. Y siempre podemos encontrar algún acomodo entre sus líneas.

De las obras clásicas siempre me ha fascinado la historia de Electra, retratada por Eurípides o Sófocles (retomada por tantos otros, a veces con mucha fortuna), hija del rey de Micenas Agamenón y de Clitemnestra. Durante el tiempo en que Agamenón estuvo luchando en la guerra de Troya, Clitemnestra comenzó una relación con Egisto que, al regreso del rey, se resolvió con el asesinato de éste en manos de su esposa.
Crisótemis es otra hija de Agamenón y de Clitemnestra, hermana de Electra por tanto. Ambas hermanas saben que su madre es quien ha matado a su padre, ambas esperan, aunque con diferente grado de ímpetu, a Orestes, el hermano que debe vengar al padre, pero la actitud de las dos es completamente diversa. Ejemplifican, hasta un cierto punto, las dos actitudes diferentes que podemos tomar frente a la injusticia.

Electra simboliza la furia, la rabia desmedida, la lucha para cambiar las cosas:

"¿Qué mujer bien nacida podría soportar la desgracia paterna, aguantar desvergüenzas que crecen, día tras día, sin ver su final? (...) Cada día en mi casa me cruzo con los dos asesinos impíos que a mi padre querido mataron."

Crisótemis, por el contrario, se enfrenta a su hermana por su actitud que ella identifica con un rapto de locura.

"¿Qué andas diciendo, hermana, por ahí? ¿Sigues con tus quimeras sobre el resgreso de nuestro hermano? ¿No has aprendido aún, en tantos años, a resignarte?"

Resignación es, seguramente, la palabra que mejor define a Crisótemis. Frente a la bravuconería de Electra, el juicio y la mesura de su hermana:

"Prefiero, cuando los vientos me son contrarios, navegar con las velas recogidas, sin vanos alardes de amenazas que no podré cumplir. Yo sé que tu conducta es más correcta y que es más justo hacer lo que tú haces pero, si quieres vivir con libertad, conviene obedecer a los que mandan"

A nadie se le escapa que estas palabras definen el proceder de muchos, de muchisimos, y sería ético pensar incluso que, con las gradaciones que se quiera, responden a una actitud juiciosa en momentos en que no es posible hacer otra cosa. Escuchemos lo que le recrimina Electra a su hermana:

"No hablas por ti, Crisótemis, por tu boca está hablando tu madre."

No cabe mayor desprecio: por la boca de los mesurados hablan los tiranos. Y sigue Electra:

"Hay que elegir, hermana; no se puede ser prudente y justa a la vez. Si eres justa te toca sufrir; si eliges ser prudente traicionas la memoria de tu sangre. ¿Qué puedo yo ganar dejando mis lamentos? ¿Me tratarán mejor? No me interesa. Mis lloros les molestan. (...) Tú, en cambio, no te engañes, gusto das a los que asesinaron a tu padre"

Tras un diálogo lleno de amenazas Crisótemis le pregunta a su hermana:

"¿No te importa perder lo que tienes?"

Permitidme ser parcial y dejarlo aquí. La obra sigue y debe de ser una gozada verla representada. Pero ni que sea en la lectura reconocemos (nos reconocemos) Electras o Crisótemis, la una o la otra, a veces alternativamente la una y la otra.

Confieso algo: Electra, siempre con lo mismo, acaba haciéndose un poco pesada, como seguramente todos tenemos la sensación de hacernos en ocasiones, de tanto defender una idea. Pero mi admiración va por ella, por la pesada, porque es la que no se vende.

Textos citados pertenecientes a la Electra de Sófocles, traducción de Pedro Sáenz Almeida.

5 comentaris:

mariajesusparadela diumenge, 25 de setembre, 2011  

Pero, por aquello de que los tiempos adelantan que es una barbaridad (como decía la zarzuela)en tiempos de "reconciliación" se ha encontrado una tercera vía: la asertividad, poder decir lo que sentimos sin utilizar la violencia, ni la ofensa, ni el insulto.
Y esa es la vía de los indignados, esa fué la vía de Ghandi.

emejota diumenge, 25 de setembre, 2011  

La eterna ley de la polaridad. Hace falta que algunos sobrevivan por encima de todo para que sigan dando hijos que prefieran renunciar al tipo de vida que otros les intenten imbuir.
Personalmente he vivido ambos papeles, ahora estoy en plan Electra. Beso.

Pilar Abalorios diumenge, 25 de setembre, 2011  

Me sorprende que aún exista gente que dude de la actualidad de los textos clásicos, al fin y al cabo el mundo evoluciona o se tecnifica, pero el ser humano no ha cambiado tanto, en el fondo todos somos alguna vez Electra y demasiadas veces Crisótemis.

Estupenda reflexión

Encarni diumenge, 25 de setembre, 2011  

'Si quieres ser justa te tocará sufrir' Me quedaría con esta frase porque asumiría mi papel de Electra.
Aunque asumo también la prudencia.
No sé, lo mismo voy de una a otra sin querer o queriendo, o tal vez, la circustancias determinen cuando ser justa o cuando ser prudente, lo mismo también me equivoqué en la elección. Ayy, vaya domingo más dudoso que tengo, jeje.

Un abrazo justo y prudente (si puede ser

Isabel Martínez Barquero diumenge, 25 de setembre, 2011  

Recuerdo la entrada, querido Ramon, y es estupenda.
Ya los clásicos lo dijeron todo, mostraron las tremendas contradicciones a las que estamos sometidos los humanos, las pasiones que nos agitan, el vendaval de la vida en suma. Según las ocasiones y circunstancias, actuamos de una u otra forma, porque somos uno y somos muchos al tiempo.
Un petó ben fort.

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