EN LA CASA DE GIANNI
Normalmente no comento películas ni novelas en el blog. Es éste un blog no diario, así que procuro hablar de cosas que, en principio, no estén relacionadas con ningún tipo de actualidad, ni la mía ni la política. Pero sí recuerdo haber hecho alguna vez lo de comentar una película o un libro que vi o leí hace tiempo por el solo hecho de que pervive, de que regresa a mi memoria de forma intermitente, señal de que vino para quedarse.
Este verano pasado vi una película encantadora (del año 2008). Cuenta la historia de un hombre de mediana edad, divorciado, sin trabajo, sin oficio y sin beneficio, que vive con su madre nonagenaria. Cierto día el dueño del piso en el que viven, harto de que le deba tanto dinero del alquiler, promete perdonarle algunos meses si se ocupa de su madre, también nonagenaria, durante un largo fin de semana. Gianni, tal es el nombre del protagonista, lo habla con su propia madre y acepta. Y reciben en casa a la madre del dueño del piso. La escena, típica de comedia, muestra el modo como son tratados muchos abuelos en nuestra sociedad: el propietario lleva a su madre con la misma despreocupación con que llevamos el perro a una perrera en verano. Para que la mujer no se encuentre sola la acompaña una prima también de edad provecta.Gianni recibe, aquella misma mañana la visita del médico, que es amigo suyo. Al ver que Gianni está cuidando a tres ancianas tiene una idea: dejarle también él a su propia madre y poder acometer de esta forma el viaje pendiente con su esposa aprovechando el maldito ferragosto, tan duro de pasar en la capital. A Gianni se le va llenando la casa de abuelas.
Muchos temas actuales aparecen en la película: el paro, la marginación, el papel de los ancianos en una sociedad que los desprecia. Y emerge una lectura por un lado descorazonadora, por el otro edificante en su propia épica pequeña: los marginados actuales (parados y ancianos) suman fuerzas y son felices a su modo, con la sola ayuda de un plato de pasta al dente y la compañía que se hacen unos a otros. Horarios, pastillas, normas y cuidado dietético quedan algo relegados: es la manera para que las abuelas se sientan felices en la casa de Gianni.Las ancianas de la película, que llevan sus propios nombres, son actrices no profesionales, lo cual otorga a la comedia una mayor frescura. En especial la encantadora Valeria de Franciscis, la mujer de rostro más arrugado que he visto en mi vida: tras una vida dedicada al teatro amateur se estrenó en el cine en esta película una vez superados los noventa. Está graciosísima y muy creíble. Ella es la prueba de que nunca es tarde para debutar en lo que sea.
Si buscáis podéis verla online. Os dejo el trailer.
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Para acabar un breve apunte de última hora. No importante, anecdótico tan solo. La página web de la BBC, con motivo de la próxima cifra redonda de siete mil millones de habitantes en nuestro planeta, ha puesto un marcador que nos permite descubrir qué número de habitante fuimos en el momento de nuestro nacimiento y también qué número de persona viva sobre la tierra tenemos. Anecdótico, ya os digo. Le dais a este enlace y podéis descubrirlo. Que lo creáis más o menos ya es otra cosa.
Feliz puente.