Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

divendres, 17 de febrer del 2012

TEMES A VIRGINIA WOOLF

Hace unos días fui al teatro, a una obra que había visto en su versión cinematográfica protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard Burton, ¿Quién teme a Virginia Woolf? de Edward Albee. Había visto la película cuando era casi un niño y naturalmente me impactó mucho. Se trataba de ver ahora si la historia me atrapaba después de tantos años. Como suele suceder cuando releemos una novela el tiempo aporta siempre algo nuevo que hace que nuestro recuerdo mejore, empeore o se mantenga igual. Son los años, que no pasan en balde, y que nos moldean tanto interna como externamente.

En el caso de la obra de Albee enriquecí la historia con cosas que ahora sé y que cuando vi la película no sabía. La obra me pareció emblemática del teatro estadounidense de la posguerra (Miller o Tennessee Williams), el argumento emparentado con películas que cantan la degradación provocada por el alcohol (en cierta medida me acordé de Días de vino y rosas), y el motivo de la obra lo relacioné con la investigación psicológica tan en boga en los años 60 y 70. Respecto a la función, impecables los actores (sobre todo la gran Emma Vilarasau, desconocidísima fuera de Catalunya, y también Pere Arquillué) , muy buena la puesta en escena y la dirección.

Se trata de una obra tan intensa, tan desgarrada, que no le queda al espectador ni un momento de sosiego. Incluso al final sientes que has aplaudido poco porque la intensidad de los sentimientos y el patetismo desbordado de unas almas que de tanto vivir al filo acaban por hacerse daño, hace que al bajarse el telón uno quede un poco desnortado, con la necesidad de digerir tanta emoción. Al final, cuando todo se ha descubierto, cuando las mentiras han aflorado, George le pregunta a Martha tras prestarle el jersey para que no tenga frío: ¿Quién teme a Virginia Woolf?, y ella responde con un hilo de voz, Yo, George, yo la temo. Las almas quedan en suspenso y uno no se explaya aplaudiendo.

Virginia Woolf, la gran escritora, simboliza en esa frase hecha que nos remite al lobo feroz, la capacidad crítica, la libertad consecuente, la adultez decidida, la coherencia insobornable. ¿Cómo no temerle a todo eso, con lo fácil que resulta refugiarse en la mentira infantil? Todos le tememos un poco a Virginia Woolf aunque no estemos dispuestos a confesarlo.

Una cosa me sorprendió, ésta no precisamente para bien. En una obra tan densa, en que los personajes se dedican tantos insultos, es cierto que en ocasiones la rapidez de sus respuestas te provoca una sonrisa. Pero, ¿a qué vienen tantas risas constantes en ese contexto de desnudez abisal y de existencialismo descarnado? Lo hablaba el otro día con una compañera y me dijo que también ella ha notado que ahora la gente se ríe mucho en el teatro, venga o no venga a cuento. Y según ella mucho tienen que ver estas comedias televisivas de risa enlatada. Y probablemente, añado yo, una menor cultura teatral que lleva a confundir la ironía inteligente con la sal gorda de la comedia menos sofisticada.
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Apunte o añadido: la obra la vi en el encantador teatro Romea del Raval. Un teatro de los de antes, al que cuando era muy jovencito tuvimos la osadía de abonarnos mi hermano y yo, a unas edades en que los otros chicos se compraban un monopatín o comenzaban los periplos por los bares del barrio. Allí descubrí grandes obras de clásicos universales, españoles y catalanes. Y cuando estuve en Murcia, hace unos años, me encontré también con un teatro Romea muy bonito, más monumental que el nuestro. La verdad es que Romea suena genial para un teatro, pensé entonces. Hoy, gracias al blog La panxa del bou de Júlia Costa, sé que ambos teatros comparten nombre porque ambos lo toman del mismo personaje: un eminente actor murciano llamado Julián Romea que debía triunfar también de lo lindo en Barcelona. Por un lado me gusta que mi ciudad acoja sensibilidades y sepa homenajear a los grandes, sean de donde sean. Y por el otro, gracias a la lectura del blog de Júlia, sé también que mientras por el Romea murciano se pasea el fantasma del gran actor homónimo, por el Romea barcelonés se pasea el fantasma de una colega también eminente: Margarita Xirgu. ¿Qué sería el arte si no supiéramos honrar convenientemente a los verdaderamente grandes? ¿Y qué sería si además no nos despertara preguntas íntimas, e incluso, un poco incómodas?

32 comentaris:

mariajesusparadela divendres, 17 de febrer, 2012  

Efectivamente, la mayoría de los que pensamos tememos a Virginia Wolf.
Eso hace que algunos se acomoden en el no saber, no pensar, dejarse guiar,no tener responsabilidades...y, cuando los demáslo hacen todo "por nosotros" nace la dictadura. Y CIU. Y el PP.
Agua y Ajo, Ramon.
Y tu y yo, que pretendemos enseñar a pensar, lo tenemos difícil.

Thornton divendres, 17 de febrer, 2012  

Lástima que nuestro teatro Romea lleve cerrado más de cuatro años. En él he actuado en "Julio César" y con la escolanía del instituto, bueno, en este caso solo hice de atril.
La película de Nichols me impactó, qué pareja. En algún momento de sus vidas debieron decirse realmente aquellas cosas tan atroces.
Y sí, todos, yo también, tememos al lobo feroz.

Montserrat Sala divendres, 17 de febrer, 2012  

yO también ví la pelicula, que protagonizaban,Richard Burton, y Elizabeth. pero era muy jovencita, y no comprendí nada. Supongo que acudí a verla, atraida por loa nombes de los artistas que la protagoniizaron, porque, aquel era el momento espledoroso del Star-Sistem. En canvio ví y me impresionó mucho mas"dias de vino y rosas".
Gracias por dar-nos, tu opinión de tu
experiencia teatral. Un abrazo.

Montserrat Sala divendres, 17 de febrer, 2012  
L'autor ha eliminat aquest comentari.
Pilar divendres, 17 de febrer, 2012  

Tal vez fue un privilegio verla por primera vez con ojos de niña que no entendía nada de lo que estaban haciendo aquellas personas maduras, la cual cosa me permitió indultar sin remordimiento una de las mejores películas, a mi parecer.
Los cuatro protagonistas brillan en sus interpretacions, pero me quedo con Burton, con sus emociones y sus pesadillas...Taylor, para mí, se supera a sí misma cuando hizo de gata.
Lo mejor, el blanco y negro...Este es el color de mis sueños.
¡Buen apunte,Eastriver!

Isabel Martínez Barquero divendres, 17 de febrer, 2012  

También me impactó la película, que vi siendo muy joven.
Aunque la temamos, a Virginia Woolf hay que mirarla de frente. La vida no admite excusas y la inteligencia reclama la verdad, sin engaños (reconozco que, en ocasiones, todos nos engañamos u poco para sufrir menos).
Nuestro Romea y el vuestro seguro que se mandan cartas y los fantasmas de Julián y Margarita hasta se abrazan, seguro.

Eastriver divendres, 17 de febrer, 2012  

Dilaida, en un mail, me comenta que no puede comentar por las letras de validación, que por cierto aprovecho para quitar porque sirven para bien poco. Por ese motivo me manda su comentario que pego aquí:

Mi opinión sobre las risas de la gente, aunque la obra sea tan densa como tú dices (no la vi). Creo que es cosa que tienen bastante que ver con la situación social que estamos viviendo. Yo me vengo fijando en el comportamiento de la gente ultimamente y llegue a la ¿conclusión? de que estamos insensibilizados. No sé la causa, tal vez, al haber tanta inseguridad en todo, sea que la gente tiene miedo y prefiere no pensar.

Bicos

Eastriver divendres, 17 de febrer, 2012  

La opinión de Dilaida me ha dejado pensando; es cierto que hay miedo en el ambiente, buen tema para una entrada, y hasta para una tesis de sociología. Un miedo que se nota, que se percibe... y seguramente no es para menos.

Thornton me ha dejado de piedra al saber que el Romea murciano está cerrado. Una verdadera pena. Duele más que cierren un teatro que una sucursal bancaria, porque el teatro nos alimenta a todos y la sucursal a los millonarios que las gestionan. De todas formas, estoy seguro que el Romea murciano volverá a abrir sus puertas tarde o temprano: tengo entendido que se convirtió en un referente cultural de la ciudad.

nocheinfinita divendres, 17 de febrer, 2012  

Creo que tienes razón, muchos de nosotros tememos a V.W.
Y en cuanto a lo de las risas a destiempo yo también lo he notado y la verdad no acabo de enterderlo.

Cuando vine a vivir a Aranjuez en 2006 se estaba empezando a construir un teatro, se terminó de construir el año pasado y aún no se ha inaugurado. También había unos multicines, ahora hay un Mercadona. Y los otros dos cines pequeñitos que había y en los que se celebraba dos veces al año un ciclo de cine de autor, si no los han cerrado poco les queda...
Espero que vuestro Romea no cierre sus puertas.

Un beso

Anònim divendres, 17 de febrer, 2012  

¿Qui és Virginia Wolf en el nostre entorn? ... Tota aquella persona que menteix com bellaca, que trama arbúcies per fer mal, que coneix la debilitat d'un per dirigir els seus dards amb acarnissament, que ataca escalfant el cap a submisos seguidors cecs de protecció i per interès propi, que humilia, que maltracta enfundada en "poteta de xai", fins al descrèdit i la destrucció ... tu ja m'entens ... i callem i uns altres creuen que ho fa bé i....
a sobre, diu que vol ajudar a pensar i a fer créixer als altres ...
jo baixo el teló de tanta comèdia, d'aquesta trama teatral...i... si, si Ramón... temo a aquesta Virginia Wolf perquè he caigut a les seves xarxes ...tú ja m'entens..

Josep divendres, 17 de febrer, 2012  

Ramon, me hubiese gustado verla. La vi en cine de joven, la entendí muy poco. La volví a ver de mayor y entonces si que me dio que pensar. Pero creo que ahora no le temo si le miro de frente.
¿Dónde está la frontera entre la verdad y la mentira en el mundo de la pareja?, ¿dónde acaba la ficción y empieza la realidad?, ¿qué hay detrás de la máscara tras la que nos escondemos?, ¿qué pactos llegamos a hacer para poder sobrevivir?, tras las discusiones de pareja, ¿hay amor,?, ¿odio?, ¿qué hacer cuando destruimos lo que más amamos?, ¿por qué lo destruimos?, ¿cuándo empieza el maltrato?, ¿empieza al dejar de admirar a la persona que amamos, al no aceptarla tal y como es en realidad, al querer cambiarla, al dejar de respetarla, al proyectar en ella nuestras propias frustraciones, o empieza incluso mucho antes, en nuestra propia concepción posesiva del amor?, ¿qué se esconde detrás de la violencia, qué tras el maltrato psicológico?, ¿la vida en pareja es realmente el anhelo de vivir un proyecto común o no es más que una huida de nuestra soledad…?
Vi en televisión una gran entrevista a Emma Vilarasau, que como muy bien dices no se la conoce bastante fuera de aquí. Me quedé con una Martha agresiva, mezquina, sin piedad, aunque ligeramente menos vulgar que su homóloga en el cine, Liz Taylor. Creo Ramon que cuanto más vulgar, mejor.

Isabel divendres, 17 de febrer, 2012  

La vi en el cine y gracias a tu post la veré de nuevo porque la tengo grabada.
No es para reir, no, y creo que es esa insensibilidad como máscara para protegerse de muchas cosas.

La verdad es que estos caracteres que hay que escribir son bien raros.

Darío divendres, 17 de febrer, 2012  

Vengo de leer algo de Kundera sobre la risa. Lo habrás leído. Y de verdad, ciertas risas no hacen otra cosa que el ridículo.
Menos mal que la obra vale la pena.
Un abrazo.

Encarni dissabte, 18 de febrer, 2012  

Sabes Ramón gracias a esta entrada, esta tarde he visto la pelicula. Y me ha parecido de lo más cruda, si te soy sincera he sufrido con ella, con los insultos, con la violencia física y verbal, con el desproposito a lo largo de toda la película. Y el daño que consiguen hacer por medio de esos '¿juegos?, la forma de manipular a las personas, la mentira que ronda toda las escenas. Me ha llamado mucho la atención la escena en la que están los dos hombres y el protagonista le cuenta como un joven mató a su madre con una pistola, se fue al bar con ella y al entrar a un bar, dice que le den un whiky con agua que había matado a su madre y tenía mucha sed, y todos los hombres del bar comenzaron a reir incluso él. Pero que aquél fue el día más prodigioso que tuvo. Fijate que crueldad.
Cuando te das cuenta de lo que en realidad hace ese matrimonio, te preguntas ¿dónde están los límites? ¿Hay personas que son capaces de reirse de las desgracias de otros, del sufrimiento de otro, y si además las provocan, se regocijan con la tragedia? ¿Dónde está la conciencia en todos estos actos? ¿Dónde se encuentra la empatía? Y sobre todo la reacción en cadena que puede provocar.
Pienso que en todo estos actos hay cierto grado de infelicidad que pueden traspasar todos los límites, incluso la cordura. Creo que ese es mi temor,a la locura, a la sinrazón, a la barbarie...

La película me ha gustado mucho, en una obra de teatro, la puesta en escena sería doble, es decir el teatro dentro del teatro. Los actores soberbios, y Richard Burton fue mi amor platónico, no me preguntes por qué, cosas de la edad supongo, pero oye, me gusta :)

Un abrazo.

emejota dissabte, 18 de febrer, 2012  

Recuerdo la película, interpretada por el matrimonio Taylor-Burton con verdadero desagrado, era demasiado jovencita.
Bonna nit, ya no puedo pensar más. Petó

RGAlmazán dissabte, 18 de febrer, 2012  

Una gran obra. La ví en cine hace mucho y sí, me hizo pensar.
En cuanto a las risas, es verdad que han aumentado, al menos así lo creo, y es que nos han acostumbrado a reír, de forma mimética, probablemente se nos han contagiado las risas enlatadas de las series y programas de televisión.

Salud y República

Javier. M. V. dissabte, 18 de febrer, 2012  

No he visto la pelicula pero gracias a tu blog se que existe y procurare verla, por la lectura de tu texto presiento que ha de ser muy buena.

Un abrazo.

Eastriver dissabte, 18 de febrer, 2012  

No sé qué pasa con las malditas letras... procuré quitarlas pero no pude. Felicitat me escribe el siguiente comentario pero, al no poder hacerlo en el blog, me lo ha mandado al correo. Petonts, Felicitat. Este es su comentario:

Yo no he visto la película East. Por lo que dices y los comentarios parece cruda, pero más cruda es la realidad en la que en nuestro mundo y siglo avanzado siguen sucediendo casos parecidos y no menos graves, y no son películas, eso es lo más grave. Por ejemplo no se si recuerdas el caso de Olot, entra un tio al bar y se carga al padre y al hijo, luego entra a la caixa y se carga a la chica de la ventanilla y al subdirector, solamente porque estaba enfadado por creer que lo estaban manipulando y se aprovechaban de su dinero o algo así. Ahora tendría que ir a buscar la notícia. Una abraçada,

Felicitat

Mª Trinidad Vilchez dissabte, 18 de febrer, 2012  

Buena obra de teatro y buen guión, y los actores estupendos, éxito asegurado.
Yo como muchos ví la película hace muchos años, pero la he vuelto a ver muchas veces y es como la vida misma.
Muchas Gracias Ramón, por mostrárnosla esa magnífica obra.
Un abrazo Ramón y BFDS.

Unknown dissabte, 18 de febrer, 2012  

Jo també la vaig veure però girebé no me'n recordo. Si que recordo la època en la que d'adolescent llegia totes les obres del Yenesse que em fascinaven.
Això de riure sense solta ni volta no sé a què deu venir.
Potser si que necessitem riure una mica després de que les notícies ens acolloneixen de mala manera.
L'altre dia vaig mirar El Guateque, la recordava com increiblement divertida i la veritat és que la vaig trobar poca-solta. Els anys que tot ho canvien fins i tot les percepcions. També vaig mirar: Breakfast at Tiffany's i em va agradar molt, com si hagués estat intemporal.
Això dels fantasmes del Romea i de la Xirgu és un al·licient afegit. Enlloc de seure al pati de butaques ben segur que jo vagarejaria pels passadissos per veure si me'ls trobés, sobre tot la gran Margarita.
Una abraçada.

Montse dissabte, 18 de febrer, 2012  

Tengo que decir que ver la película es una asignatura pendiente que me has vuelto a recordar, gracias. Me incomoda muchísimo estar en el cine y que el público se ría de cosas que no hacen ni pizca de gracia, cuando a mí se me forma un nudo en la garganta. Hay poca sensibilidad, nos estamos acostumbrando demasiado a noticias terribles sin estremecernos. Un abrazo.

Montserrat Llagostera Vilaró diumenge, 19 de febrer, 2012  

Hola Ramón.
M´has portat records.
Aquesta obra la vareig veurer fa molts anys al cine Verdi de Barcelona protagonitzada per l´Elizabeth Tailor, Mia Farrow...
I el Teatre Romea, de joveneta i havia anat molt amb els meus pares, més tard amb el meu marit quan viviem a Barcelona.
Com recordo al escenari a Joan Capri, protagonitzan a Mossen Ventura o en bon Nadal Mister Srcooge.
Aquest actor de la fotografia, quan encare es veia TV-3 a Valencia, l´havia vist en varies series.
Saps es una vergonya qu´ hagin tret la TV-3.
Cordialment desde Valencia, Montserrat
P.D. Si no pasa rés aniré a la trovada a Barcelona.

Xavi Soro diumenge, 19 de febrer, 2012  

Tuve el placer de ir a ver la obra y quede fascinado con la actuación de Arquillué y Vilarasau.
No he visto la película (me lo pongo en la lista pendiente).
En los tiempos que corren la temática de la obra es un tema de pura actualidad. De hecho creo que siempre lo ha sido. Va inherente al ser humano. Nos movemos por las apariencias, nos ponemos máscaras que ocultan la persona real y eludimos las responsabilidades. Vamos en contra de nuestra naturaleza y eso nos va destruyendo poco a poco.
Virginia Wolf, nuestra conciencia, nuestro Pepito Grillo...
¡Buen post!
Un abrazo

Sara O. Durán diumenge, 19 de febrer, 2012  

Es una historia muy fuerte, que obliga a reflexionar.
¡Gracias por llegar a casa! y por permitirme conocer tu blog. Un abrazo de anís.

Pilar Abalorios dilluns, 20 de febrer, 2012  

Empezando por el final; la gente se ríe, habla, se mueve y hace demasiadas cosas en el teatro, casi como en el cine, me temo.

la obra impresionante, sin duda.

JOAQUIN DOLDAN dilluns, 20 de febrer, 2012  

gran obra
gran autora

Sue dilluns, 20 de febrer, 2012  

Después de un buen polvo, lo que más me gusta es el teatro y las mujeres y hombres que piensan por sí mismos.

Volveré

(y prometo no ser tan vulgar)

Sue dilluns, 20 de febrer, 2012  

Ah, tb me encantan los faros!

Jose Lorente dimarts, 21 de febrer, 2012  

Gran entrada, Ramon.
Pienso que las obras que nos van gustando menos con la edad no eran tan buenas como habíamos pensado en un principio. Por otro lado, las que nos gustan más ahora es que no las habíamos apreciado suficientemente en un primer momento. Es nuestro juicio el que cambia, me gustaría pensar que a mejor, pero quizás tenga que pasar algún tiempo todavía para poder afirmarlo categóricamente.
Una abraçada ben forta.

Esteve Gallardo dijous, 23 de febrer, 2012  

increible!!
saludos

Juglar dijous, 23 de febrer, 2012  

Vi la película de Richard Burton y Liz Taylor en dos ocasiones. La primera vez, yo muy joven, apenas la entendí. La segunda fue muy diferente.
Me pareció que aquella forma de tratarse, con tanta crueldad, obedecía a que, aunque el amor ya no existía, no eran capaces de vivir su soledad y se soportaban, martirizándose.
Si a ello unimos el alcohol y el deterioro de ambos, tanto en la ficción como en la vida real... no creo que les costara mucho la representación. Escenificaban su propia vida.
Sin embargo la película con la que sufrí y que no he querido volver a ver es "Días de vino y rosas".
El final me pareció durísimo.
Gracias por los recuerdos, Ramón.
Un abrazo.

Mariluz GH divendres, 24 de febrer, 2012  

Pues no me había actualizado el reader esta entrada (y ahora tengo dos) y además no me veía entre tus seguidores... los duendes informáticos ¡seguro!

Toda persona con dos dedos de frente teme a Virginia Wolf y sólo las que no tienen ni un centímetro, la culpan de sus propias miserias. La autocomplacencia lleva a desvariar a muchas personas que se creen cuerdas y por encima de lo humano y lo divino ¡¡pobres infelices!!; al menos los protagonistas tenían el alcohol como vehículo para lanzarse mentiras y verdades inventadas ¡¡como la vida misma!!

Y de las risas te comento que me fastidian muchísimo... marionetas de cartón sin sesera ni alma (o como le quieras llamar); lo veo mucho en el programa de la sexta "el intermedio" (que sí me gusta), sé que tratan de desdramatizar los problemas pero algunas veces -incluso muchas- se pasan de 'graciosos' y la gente se ríe y yo me quedo con la boca abierta... debo ser yo que soy demasiado seria (que realmente lo soy).

Me encanta el teatro -mucho más que el cine- pero para disfrutarlo debo hacer 180 km (ida/vuelta) y no siempre está el ánimo para tragar tantos kilómetros

abrazos desde el sur :)

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