OTRA FORMA DE ENTENDER EL CATOLICISMO
La primera vez que oí hablar de Teresa Forcades i Vila fue con motivo de la gripe A, creo que en el año 2009. Eran mis primeros tiempos con el blog y recuerdo que comentábamos en los foros y comentarios a las entradas que había algo extraño en esa gripe, y que resultaba sospechosa la forma en que se habían exagerado los peligros (eso pensábamos y eso acabó siendo) y la forma en que las farmacéuticas estaban ganando a manos llenas. Fue entonces cuando llegó Teresa, una monja benedictina de la que no sabíamos nada, pero que decía las cosas claras y a la que intuíamos llena de razones.
El hecho de que Teresa fuera monja desorientó a muchos. No parece el quehacer más habitual de las sores el llamar la atención sobre enriquecimientos sospechosos y sobre compras masivas de ciertas vacunas por parte de los estados. Pero supimos luego que Teresa era más que eso: era doctora en medicina y en teología.
A partir del famoso vídeo, que iba acumulando visitas y más visitas, que era traducido y consultado por otros países, Teresa Forcades acabó convertida en personaje popular en Catalunya. Era parodiada en los programas de la tele e invitada a los debates. Nos mostró cómo vivía en el monasterio en un interesante programa de la serie de El Convidat. Y así fuimos sabiendo más de ella.
Esta monja benedictina vive en el Monestir de Sant Benet, en la montaña de Montserrat, y es una especialista en medicina interna y en teología feminista. Nada de lo que fuimos sabiendo nos extrañó: era inevitable que alguien que se atrevía a enfrentarse a las todopoderosas farmacéuticas fuera una mujer comprometida con el feminismo, que deseara una renovación profunda de la Iglesia, que hiciera manifestaciones a favor de la ordenación sacerdotal de las mujeres, que tuviera una actitud en muchas ocasiones comprensible con el aborto, que pensara que la homosexualidad no es un pecado sino otra forma de vivir la afectividad. Teresa Forcades, además de valiente, era inteligente, comprometida y progresista. Es decir, una representante de esa otra Iglesia, de la no oficial.
Pero ella pertenece a la Iglesia y es por eso que sus discursos son siempre, en ese sentido, enormemente prudentes, aunque también meridianamente claros. Con motivo de la presentación de su libro La teología feminista en la historia recorrió muchos lugares de España y de hispanoamérica dando conferencias, planteando siempre la necesidad de un cambio profundo. Y esta semana ha sido entrevistada en el diario Ara, entrevista que podéis leer en castellano en esta entrada. Le pregunta el periodista, por ejemplo, "¿Lo que hace la industria farmacéutica, primero asustarnos y después vendernos la solución, no es también lo que hace la Iglesia?", y responde la hermana Forcades: "Sí, y cuando lo hace es un abuso de poder." Pero también habla de las medicinas alternativas, de la medicalización, de su visión de la religión, de su vivencia espiritual, de su simpatía por los indignados, de sus propios temores por una jerarquía a la que pone en jaque.
En uno de los vídeos de la página del periódico, que pongo debajo, hablaba por ejemplo del famoso TDAH, trastorno de déficit de atención e hiperactividad de los niños, señalando por ejemplo que, y traduzco del catalán, "la hiperactividad infantil es una etiqueta que (...) es posterior a la síntesis del medicamento que va bien para esta etiqueta. Desde un punto de vista crítico esta circunstancia debe hacernos sospechar. No demuestra nada, pero (...) lo cierto es que primero hemos tenido el medicamento y cuando ha estado a punto para ser comercializado han existido una serie de iniciativas pagadas por las empresas que patrocinan este medicamento que generan las informaciones en las que nos basamos epidemiológicamente para decir que hay niños que tienen este problema. Y después, naturalmente, deben comprar esta pastilla" Es decir, nuevamente un engaño que genera múltiples beneficios económicos y que ella desea denunciar en su próximo trabajo sobre la desmedicalización. Si alguien entiende el catalán puede ver y escuchar el resto del fragmento en el siguiente vídeo.
Yo no soy nada partidario de las mitificaciones cotidianas (de las otras menos), pero sí de erigir en referente a personajes de nuestra propia cotidianidad o de los medios. Por eso hablo de Teresa hoy aquí. Sus palabras son a menudo un regalo. Como también lo es su breve libro Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas que se puede descargar gratuitamente en el presente enlace.