Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

dijous, 29 de setembre del 2011

DE PARÍS, CUANDO HACÍA FRÍO

Ahora que septiembre ya gira hacia su final, a pesar del calor insoportable, recuerdo mi último viaje a París. Fue el pasado fin de año y quise contarlo aquí, pero no alcanzó el tiempo. Al poco empecé un paréntesis en el blog que hizo que el tema quedara colgado.

Hacía un frío descomunal, al menos para los desacostumbrados barceloneses que disfrutamos todo el año de temperaturas fácilmente soportables. Pero París es siempre París. Una ciudad elegante y enormemente bella. Con esos contrastes que implican pasar de un extremo a otro con la misma facilidad con que cruzamos de rive a rive.

París durante fin de año luce más, si cabe. Es la ciudad de los excesos, también. En las galerías Lafayette los escaparates son pequeños teatrillos infantiles con marionetas y muñecos que cobran vida. Por la zona de Notre Dame y los puentes la melancolía lo invade todo. Por Saint Germain se vive y se bulle de forma ya expresionista ya enormemente mundana (ambas formas tienen mucho en común, como se sabe). Por la Ópera Garnier y los grandes boulevares la amplitud de las calles te expone brutalmente al frío. Por los Campos Elíseos brillan los 300 árboles iluminados con infinidad de luces. París, durante las navidades, es más. ¿Cómo no amarla? ¿Cómo no desear ser parisien?
Lo deseé intensamente cuando, bajando por la rue Mouffetard (en la foto), por el barrio latino, disfrutando del mercado popular que hay en aquel lugar, llegamos a una plaza donde sonaba el karaoke más insólito que he visto nunca. Mientras un señor con acordeón tocaba, la gente se ponía a cantar, leyendo la letra en unos folios plastificados que el músico traía. Se organizó un coro espontáneo que no sonaba nada mal. Una pareja bailaba tan arrebatadamente como la letra de Sous le ciel de Paris permite suponer, mientras los demás cantaban, probablemente recordando a Edith Piaf. Para entender lo que sentí en esos momentos basta con escuchar la canción e imaginar que bajando por el Quartier Latin te asalta la melancolía.

Los parisinos, para entrar en calor, engullen vino caliente, que resultaría a priori un método poco sofisticado. Para compensar, comen y cenan en Maxim's o en Le Procopé. A este último fui, pero solamente porque ofrecían un menú de 20 euros, que París es muy caro y yo un funcionario de sueldo recortado. Le Procopé, en la rive gauche, es el café más antiguo del mundo. Data de 1686 y ahora funciona como restaurante. En él, Voltaire consumía sus 40 tacitas de café diario. Fue una inesperada sorpresa, de esas que en cada esquina te regala París.

Y en esta estancia plenamente hibernal disfruté de otro regalo inmenso, inmenso. La exposición de Monet en el Gran Palais. Una exposición que a mí me recordó un poco a la histórica antológica de principios de los 90 sobre Velázquez en el Prado, en el sentido de recopilación de obras dispersas del autor conformando casi su opera omnia. Fue tan extraordinario ver a Monet completo que puedo decir que creo que es la exposición más bonita que he visto en mi vida. O una de las más bonitas.

No me alcanza el tiempo. Así que si París bien vale una entrada, Monet merece otra. Prometido.

24 comentaris:

emejota dijous, 29 de setembre, 2011  

Estupendo viaje, ahora que de nuevo se nos acercan las navidades. ;)
Los teutones también se quitan el frío bebiendo vinito caliente. Me acuerdo mucho de ti. Petons.

Anònim dijous, 29 de setembre, 2011  

Paris bé val una, dues i tres entrades.
Podria semblar un tòpic dir "m'agrada Paris", també Roma, Londres, Barcelona .... i m'alegra el recorregut que regales, sempre amb el teu toc personal; dius que elegant és Paris i també ho ets tu.
El meu record per al barri dels artistes Montmartre, pujar per una escala de barana de ferro i arribar a la plaça Tertre .... i fred, molt fred ...
Gràcies per fer-me viatjar des del sillon de casa meva.
Molts petons.

mariajesusparadela dijous, 29 de setembre, 2011  

Seguro. Incluso vale "una misa" para alguien que, como yo, nunca va.

Txema dijous, 29 de setembre, 2011  

He estado varias veces en París y siempre me gusta volver. Pese a los parisienses.

saludos

Isabel Martínez Barquero dijous, 29 de setembre, 2011  

Pero qué bonito. Entre la canción de la Piaf, el ambiente que has recreado de la rue Mouffetard (me encanta esa calle), las referencias a Monet y, en general, el tono de la entrada, me has transportado allí.

¿Sabes? Volviendo de Roma, me decía mi chico que qué me parecía la idea de repetir Paris en el próximo viaje largo. Por supuesto, asentí encantada. Necesitamos una tercera vez, más dosis de una de las ciudades más bellas que he conocido.
Como en Roma o en Atenas, me siento feliz en París. Además, el francés no es problema para nosotros, pues lo hablamos y entendemos ambos.

De vuelta de Roma, paramos en casa de nuestro amigo de La Provenza tres días y, lo mismo que en París, qué desayunos, ¡madre mía! Unos croasanes recién hechos que quitan el sentido. Hasta dos y medio llegué a comerme una mañana. Porque los croasanes franceses son pura gloria.

Miles de besos, querido Ramon, que no sólo compartimos amistad, sino también el amor por las mismas ciudades.

RGAlmazán dijous, 29 de setembre, 2011  

Ramón, no sabes cómo te entiendo. Sólo hay dos ciudades que me producen mono, que siento su ausencia. Una es Roma, pero la que más París.
He estado muchas veces en París, no puedo resistir mucho tiempo sin volver. Es algo que no puedo explicar.
A finales de octubre vuelvo allí, a drogarme de nuevo con esa ciudad que me hace sentirme ciudadano del mundo, a pesar de que muchos de sus ciudadanos son insolentes. Prueba irrefutable de que la perfección no existe.

Salud y República

Thornton dijous, 29 de setembre, 2011  

En París estuve de recién casado. Nos alojamos en una buhardilla como si fuésemos Mimí y Rodolfo y fuimos muy, muy felices.

Siempre luces un gusto exquisito en tus entradas.

Un abrazo.

Montserrat Sala dijous, 29 de setembre, 2011  

HOLA RAMÓN: volia fer-te un comentari començant com ho ha fet la nostra amiga Anna Jorba. T'ho asseguro, si no arribo a llegir, a l'Anna, faig el pitafi del dia. y ara que no el puc fer... no se´com començar.(jajaja).Mira estic cansada i es tard... demá serà un altre dia...
bona nit.

José Vte. divendres, 30 de setembre, 2011  

Una estupenda entrada, Ramón. Desgraciadamente yo nunca he estado en París, ya me gustaría, ya. Con tu reseña me ha parecido que la he podido visitar un poco.
Me ha encantado la apreciación del musico y el karaoke callejero con la canción de Edit Piaff.

Un abrazo

Unknown divendres, 30 de setembre, 2011  

Llegint-te m'han agafat ganes de començar a caminar.
J'ai deux amours mon pays et Paris...
Una abraçada

genetticca divendres, 30 de setembre, 2011  

Las ciudades en sus respectivos paises, son como las personas, cada cual dispone de su propia personalidad.
Conocerlas es descubrir sus caracteristicas más relevantes. Yo, que amo la belleza y el carisma de ciudades paises y personas,me quedo en un paraje de los pirineos lejos del mundanal ruido, aprendiendo de las vacas y saboreando el tiempo en toda su plenitud.


Todo es bueno si el sabor que nos deja en la boca permanece para siempre.

un abrazo

Montserrat Sala divendres, 30 de setembre, 2011  

Doncs bé. Avui començaré a un frase mítica. "Siempre nos quedará París".
Recordes a Humprey Bogard? Dita per ell, aquesta frasse, semble millor una promesa de futur, que un comiat defenitíu.
Quantes bones películes, s'hauran fet a París. Y quantes en hi ha que ens parlen de París. Una muntera: Per ejemple Ariane, amb la Audrey. Aquell secall de dona tan increiblement, atractíu. Jo l'he visitat 5 cops, i mai m'en canso.
París, París...sempre París.

Anusky66 divendres, 30 de setembre, 2011  

No suelo ser envidiosa ,pero la he sentido al empezar a leer ,sobre un viaje tan fantástico, a una ciudad que me encantaría conocer ,por suerte se me ha pasado rápido y he disfrutado muchísimo viajando a través de tus palabras.
la música la escuchare al llegar a casa y releeré el viaje ,para disfrutar de nuevo.

Unbesazo

nocheinfinita divendres, 30 de setembre, 2011  

Hoy, con tu entrada, me he dado una vuelta por París. ¡Qué bien lo cuentas¡
Ahora, a escuchar a la Piaf

Un abrazo

Laura divendres, 30 de setembre, 2011  

Qué gusto me da leerte, describes tan bien que me haces ir y venir a tu lado y temblar con La Piaf.

Paris bien vale un fin de año...y un buen inicio del nuevo.
Hay ciudades de las que no me canso nunca, ya he visto por ahí unas cuantas nombradas y NY, Lisboa, San Francisco, etc... por cosas distintas, pero todas con un encanto especial, Barcelona, Murcia, San Sebastian, El Benicadell.
Me ha dado la nostalgia, el mundo es una maravilla

Un fuerte abrazo.

yraya divendres, 30 de setembre, 2011  

Ahí está Paris entre mis asignaturas pendientes, pero tengo tantas...
Saludos

ARO dissabte, 01 d’octubre, 2011  

He leido tu entrada mientras escuchaba ese "Sous le ciel de Paris", que me pone nostálgico; la canción y la voz de Edith Piaf. Paris me encanta, tres veces la he visitado; iré cuantas veces pueda, no me cansa. Sentarme en un banco de la catedral de Notre Dame, recorrer las galerías del Louvre, pasear por el Barrio Latino o por cualquier otro lugar de la ciudad es un placer inigualable. Volveré algún día.

Encarni dissabte, 01 d’octubre, 2011  

Hay una frase que se repite o que la he oído varias veces que dice ' siempre nos quedará París', creo que tú lo podrás decir, esta vez y las veces que hagan falta, si puedes, claro. Yo no he estado nunca en París y no sé si alguna vez iré, pero bien vale verla desde otros ojos, como por ejemplo los tuyos que la trae hasta aquí.

Un abrazo.

Euphorbia diumenge, 02 d’octubre, 2011  

Nomès he estat a Paris una vegada ja fa uns anys per Setmana Santa i si llavors ja feia un fred que pela, no vull ni imaginar per Cap d'Any. Un lloc especial, per a mi també ho és Londres.
Petons

Josep dilluns, 03 d’octubre, 2011  

Fa bastants anys que no hem estat. París, tal com diuen tots, és la ciutat somiada. El museu del Louvre és meravellós. No vam poder veure-ho tot,crec que es necessiten diversos dies per recórrer i els seus salons conserven l'estil. La piràmide invertida mostra un contrast d'estils entre la modernitat del vidre i el classicisme del museu.
Una abraçada.

MAMÉ VALDÉS dilluns, 03 d’octubre, 2011  

París mi asignatura pendiente...

Solo decirte envidia sana y un saludo.

Darío dimarts, 04 d’octubre, 2011  

Todo es tan pasional! La pasión de Allen, la pasión de Piaf, la pasión de Cortázar y los puentes, la pasión de Ramón. Cómo no amarla aun sin conocerla? Siento que todo es una invitación a Paris, o una señal. Un abrazo.

Darío dimarts, 04 d’octubre, 2011  

Maldito blogger!!! Quise decir: todo es pasión, la pasión de Allen, la pasión de Piaf, los puentes de Cortázar. Pasión Ramón. Todas las rutas llevan a Paris, me atraen. Ya no puedo decir que no. Un abrazo.

josefina dimarts, 04 d’octubre, 2011  

Bueno con esta foto que nos has hecho de Paris, me hago cuenta que la he visto de cerca.
Un beso

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