Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

dimarts, 22 de febrer del 2011

UNOS ME LLAMAN CHAVAL Y OTROS ME DICEN CABALLERO

Seguramente todos acabamos repitiéndonos. Lo digo porque ya puse esta canción en mi blog anterior, pero integrada en un texto sobre los Panero (y sobre sus películas, y sus poemas, y sus alucinaciones y sus abusos, y sus metáforas). En aquella ocasión, hace dos años, hablé de la historia de los Panero que hace unos meses, un buen blog pillado al azar, me recordó mientras glosaba la figura (fascinante) de Felicidad Blanc. Ya hablé de los Panero en aquella ocasión y no deseo repetirme tanto. Así que hoy recupero la canción con que cerraba aquella anterior crónica en mi blog Ramon.Eastriver.

Es una canción que no entiendo todavía por qué consigue ponerme tan triste. Es absolutamente decadente, es cierto, pero mientras que otras no surten su efecto, ésta sí. Decadente como El desencanto o sus secuelas. Curiosamente me gusta mucho esta canción, también es cierto, aunque puedo ver perfectamente esa teatralización de profundidad y marginalidad, de canutos, de alcohol, lo transgresor convertido en postura. Pero me gusta igual, a pesar del vídeo terrible, terrible. Y sin embargo le cae bien: es un vídeo absurdo para una canción absurda para una vida absurda. La de Michi, la de los Panero, la de Nacho Vegas o la de todos nosotros. Probablemente sea eso lo que me pone triste; la concepción carente de sentido de toda vida. Esa frase que se parece tanto a una maldición: "cuando esto acabe no habrá nada más, fue bastante ya".

No me considero especialmente depresivo. Tampoco veo la vida de esta forma, quien me conoce lo sabe. Quizá se trate de ese afán catártico que nos lleva a situarnos cómodamente frente a lo que nos desasosiega. El caso es que no me importa asomarme, a veces, sólo a veces, a ciertos abismos mientras estos sean meramente estéticos. Aún así, procuran en algunas ocasiones desgarros realmente serios. Todos lo sabemos.

En definitiva, lo que nos gusta es tan personal como nuestra propia cara. Y sobre todo es personal aquello que no nos gusta nada y, sin embargo, a ratos, nos gusta un poco mucho. Paradojas que es mejor asumir... En esta última categoría, la de aquello que no nos gusta y sin embargo nos gusta, cae este tema de Nacho Vegas; El hombre que casi conoció a Michi Panero. Aviso a los navegantes: es de un decadente que asusta.

15 comentaris:

Felipe Medina dimarts, 22 de febrer, 2011  

Los Panero fueron una extraña familia en la que la cultura se vivía y se palpaba.

El que más me gusta es Leopoldo María Panero,el más joven y que ha pasado por varios psiquiátricos aunque para mí con una mente muy lúcida.

Le admiro desde muy joven

Saludos

Pilar Abalorios dimarts, 22 de febrer, 2011  

Exponerse conscientemente a aquello que te puede desgarrar, es quizás el modo de desnudar el alma, de dejar la armadura lejos y sentir sin límites, para después, tras la tormenta seguir avanzando.

No es esta que propones una canción que me provoque esa sensación, pero estoy de acuerdo en es decadente, aviso que tengo un punto muy decandente ;)

Isabel Martínez Barquero dimarts, 22 de febrer, 2011  

Siempre preferiré los abismos estéticos. Los reales son los realmente insufribles. Muchas veces, los estéticos recogen la descarga de la realidad, porque la realidad supera toda ficción, como en el caso de los hermanos Panero. Triste destino el suyo.

Como a ti, la canción tampoco me pone triste. Bebe de una estética decadente y juega con ella. Modas y poses, o el gusto de jugar con la locura. Eso sí, Nacho Vega siempre me ha gustado.

Un beso.

Darío dimarts, 22 de febrer, 2011  

Muy buen gusto, Caballero Ramón. Un abrazo.

Alba 3,1416 dimecres, 23 de febrer, 2011  

Decadente si, asustar para nada.
Me ha gustado las imagenes que acompañaban cada frase. Buena realización.
Un abrazo

Dilaida dimecres, 23 de febrer, 2011  

Opino como Felipe sobre los Panero "una extraña familia".
La canción a mi me inquieta.
Bicos

emejota dijous, 24 de febrer, 2011  

Una de mis mejores amigas del colegio se caso y se separó después de un miembro de la familia Panero. Dicho lo cual añadiré que entiendo perfectamente lo que significa asomarse a ese abismo desde el que reclaman sus monstruos particulares y/o familiares a cada cual. Un bello post. Petons.

Antonio dijous, 24 de febrer, 2011  

Me quedo con esa sensación de ambivalencia entre el gustar y rechazar que muchas veces se da. ¿Es posible que estemos hablando de la confrontación entre la norma o moda social y el sentimiento o valor interior reprimido?
Duda al canto, Ramón.
Un abrazo

mariajesusparadela dijous, 24 de febrer, 2011  

Pues yo, querido Ramon, soy géminis.

SEMA MIRANDA dijous, 24 de febrer, 2011  

Voy a dejar tu entrada para otro día,Ramón, no me encuentro con ánimos.Un abrazo

ARO dijous, 24 de febrer, 2011  

A mí esa canción, que desconocía, también me ha puesto algo más depresivo de lo que ya estaba.

Jose Lorente divendres, 25 de febrer, 2011  

18 y 19 de marzo en L'Auditori.

Me agrada que un tipo así le haya quitado la novia a Ray Loriga.

A pesar de todo, mucha pose, caer simpático y flor en el culo... pero se escuchan por ahí cosas peores.

Un abrazo.

Miguel Baquero divendres, 25 de febrer, 2011  

Yo leía las columnas de Michi Panero en "el Mundo", en las páginas de televisión al final del todo (donde lo que menos hablaba era sobre tele) y me parecían una genialidad, un dechado de buen gusto, humildad e inteligencia. Literatura de verdad, sin adornos y sin posturas

Anònim divendres, 25 de febrer, 2011  

Ramón...declaro mi ignorancia, el otro dia, al entrar en este texto...he estado indagando sobre los Panero...y ahora al escuchar la canción de Nacho Vegas...me voy pensando que es un mundo "raro, raro".....una familia extraña...y unas historias decadentes...incluso los versos de Leopoldo Maria tienen algo que te deja un no sé qué "raro,raro"....
Escucha en las noches cómo se rasga la seda
y cae sin ruido la taza de té al suelo
como una magia
tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos
y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte....

He aprendido algo nuevo.

Camino a Gaia dissabte, 26 de febrer, 2011  

Los callejones sin salida siempre terminan en decadencia. Es raro no tropezar con alguno de estos callejones a lo largo de la vida.
Hay que aprender a andar con otros pies, volar con otras alas, apostar por un mundo que aún no exista. No hay otra manera de cruzar puentes imposibles.

Un saludo

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