Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

divendres, 3 de desembre del 2010

DE LO ESPIRITUAL EN EL ARTE

La necesidad interior nace de tres causas místicas y está constituído por tres necesidades místicas:

1. Todo artista, como creador, ha de expresar lo que le es propio (elemento de la personalidad).

2. Todo artista, como hijo de su época, ha de expresar lo que le es propio a esa época (elemento del estilo, como valor interno, constituido por el lenguaje de la época más el lenguaje de la nación, mientras ésta exista como tal).

3. Todo artista, como servidor del arte, ha de expresar lo que le es propio al arte en general (elemento de lo pura y eternamente artístico que pervive en todos los hombres, pueblos y épocas, se manifiesta en las obras de arte de cada artista, de cada nación y de cada época y que, como elemento principal del arte, no conoce ni el espacio ni el tiempo).

Basta con penetrar en los dos primeros elementos con los ojos espirituales, para que se nos haga patente el tercer elemento. Entonces comprendemos que una columna “toscamente” labrada de un templo indio está animada por el mismo espíritu que cualquier obra viva “moderna”.

Se ha hablado, y se sigue hablando mucho, del factor personalidad en el arte, y de vez en cuando y con mayor frecuencia cada día se habla del estilo futuro. Aunque estas cuestiones son muy importantes, vistas desde la perspectiva de los siglos y de los milenios pierden urgencia e importancia.

Sólo el tercer elemento de lo pura y eternamente artístico tiene vida eterna. No pierde sino gana fuerza con el tiempo. Hoy, una escultura egipcia seguramente nos conmueve más a nosotros que a sus contemporáneos: las características vivas de la época y de la personalidad, al mismo tiempo que mitigaban su fuerza, la unían con lazos muy estrechos a los espectadores de su tiempo. Por otro lado, cuanto más fuerte sea la participación de los dos primeros elementos de una obra de arte “actual”, tanto más fácil será el acceso al alma de sus coetáneos, y cuanto mayor sea la participación del tercer elemento en la obra “actual”, tanto más se debilitarán los otros dos y será difícil su acceso al alma de los coetáneos. Por eso a veces tienen que pasar siglos hasta que el sonido del tercer elemento llegue al alma de los hombres.

El predominio del tercer elemento en una obra de arte es, pues, un signo de su grandeza y de la grandeza del artista.

Las tres necesidades místicas enumeradas son los tres elementos necesarios de la obra de arte, y están fuertemente trabados (...)


Kadinsky; De lo espiritual en el arte (1911), Barcelona, Labor, 1991, págs.72-73

32 comentaris:

MAMÉ VALDÉS divendres, 03 de desembre, 2010  

Totalmente de acuerdo con las tres necesidades místicas, suelo acudir a muchas exposiciones y muestras de arte, pero te puedo asegurar que hay piezas que si la ves cerca de un contenedor en la calle seguro que no la coges, pero si te dicen que es de fulanito de tal ya es magnífica aunque esta solo fuera un boceto y el artista lo hubiese tirado, es mundo del arte es muy complicado, se vive y se vende la firma es triste pera real y penosos, un saludo (Creo que me he liado un poco lo siento)

emejota divendres, 03 de desembre, 2010  

Cómo se nota quien siente "eso" tan especial que le convierte en artista intemporal. Me ha encantado esta entrada. Un fuerte abrazo.

Antonio divendres, 03 de desembre, 2010  

Buena lección de arte, se agradece por parte de los neófitos en esta materia. Me ha gustado eso de las tres necesidades místicas. Ya sabes que yo me muevo, en lo que respecta a la motivación, por la teoría de las necesidades, aunque a mi manera.
Un abrazo

Javier. M. V. divendres, 03 de desembre, 2010  

Un texto interesante que me ha dejado pensando. Es bueno encontrar textos como el que nos entregas que no solo entretengan sino que nos dejen una enseñanza.

Un gran abrazo.

J. G. divendres, 03 de desembre, 2010  

Servillismo al arte, sólo me faltaba eso, sí claro, tengo vocación artística, pero eso jamás, será porque no vivo ni pienso vivir del arte, mero disfrute, para no caer en ese servillismo.

RGAlmazán divendres, 03 de desembre, 2010  

Estoy totalmente de acuerdo con las tres necesidades. Lo que no estoy tan seguro es que la inmortalidad o la permanencia lo de la tercera. Yo creo que es una mezcla de las tres, que no se pueden disociar, lo que da importancia a la obra de un artista y esa suma es la que da al artista y a su obra duración en el tiempo. Además ya me dirán como aisla una de las tres.
Comprendiendo perfectamente la división no soy capaz de entender la conclusión.

Salud y República

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI divendres, 03 de desembre, 2010  

Como estos tres mandamientos contienen el verbo "haber" en sentido imperativo, el texto no es una reflexión descriptiva, sino impositiva, por mucho que, de manera soprendente, el autor la llame mística. De modo que me atrevo a rebelarme:

-El primer punto es una perogrullada.

-El segundo es de cajón: No hay nada creado que se pueda sustraer a su época.

-Y para poder obedecer el tercer mandamiento, sería necesario, antes, decidir qué le es propio al arte en general (joder, "el arte en general"... es que...), o qué es arte, sin nombrar lo definido en la definición, claro.

¡salud!

Dilaida divendres, 03 de desembre, 2010  

Kandinsky en esta obra reivindica una temática espirtual, libre y universal, como única fuente de inspiración del artista, que debe desembocar en un antimaterialismo común a todos.
Es en el mismo año en que elabora el compendio teórico "De lo espiritual del arte" cuando comienza las series: Improvisaciones, Impresiones y Compasiciones, ligando así teoría y práctica.
A ver si elaboro una entrada sobre todo esto en mi blog de Arte.
Bicos

Isabel Martínez Barquero divendres, 03 de desembre, 2010  

Sabio este Kadinsky, pero qué dificilísimo resulta acotar, definir e, incluso, hablar del arte. Llega a nuestros sentidos, lo percibimos por ellos, pero penetra y remueve emociones y, a veces, pensamientos.
Sólo el tiempo tiene la vara de medir. Hoy no sabemos a quiénes celebrarán los siglos venideros.

En cualquier caso, el mejor criterio que he encontrado al respecto es el clásico "me gusta" o "no me gusta". Es lo que primero nos sale al contemplar una obra artística; después, pueden indagarse las causas de ese gusto, disgusto o simple indiferencia. Claro está que aquí es todo muy subjetivo.

Un beso.

alma divendres, 03 de desembre, 2010  

Me encanta el cuadro que has elegido para ilustrar el texto. No tengo ni idea de arte pero me gusta mucho Kandinski y Chagal y Klimt...Chagal sobre todo porque me pone de buen humor, los otros dos por la pura belleza de lo que hacen. Lo de las tres necesidades místicas es brillante.

Un abrazo y feliz puente

◊ dissident ◊ divendres, 03 de desembre, 2010  

Simplemente abstracto.

Miguel Baquero divendres, 03 de desembre, 2010  

De acuerdo con Kandinski, aunque no soy muy partidario de racionalizar demasiado el impulso artístico. Yo creo que es un instinto de crear y perdurar, emparentado con el de la reproducción, y que se sublima de esa forma

Darío divendres, 03 de desembre, 2010  

Que bueno que existan tipos como Kandinski, que indagen en el alma humana.
Y en esto, siempre existe la posibilidad de "revelar", o al menos, sacar una capa que oculta.
Revelar lo eterno en el arte,es, claramente, revelar, que algo eterno existe en nosotros.
Un abrazo.

Eastriver divendres, 03 de desembre, 2010  

En el año 1910, ahora hace 100 años, Kandinsky llevaba una especie de diario de urgencia. En él apuntaba, a la hora del café, en un momento de espera, cuando no sabía qué hacer con su vida artística, aquello que se le ocurría. A veces genialidades, a veces esas perogrulladas que nos sirven de muletas o de coartada. Al final les dio forma y los convirtió en De lo espiritual en el arte. El mismo carácter del texto/s hace que haya fragmentos en los que estemos muy de acuerdo, otros menos, otros nada. Y está bien que sea así. Porque la meditación artística se alimenta de muy diversos elementos. Algunos de gran originalidad, otros del prosaísmo más absoluto.

Lo he traído porque siempre me ha gustado el carácter de este libro. Es colorista, abstracto, fragmentado, roto y cosido, intimista y exagerado, paradójico, incongruente, brillante y absurdo... Es el devenir de una vida pequeña, la del artista que se cuestiona. Como si se hubieran recopilado las posibles entradas de un hipotético blog de Kandinsky.

Gracias a todos por vuestros comentarios. Tanto quienes estáis de acuerdo como quienes no lo estáis (en el fragmento seleccionado). Para eso existen la literatura y el pensamiento: para converger, para dispersar.

Montserrat Sala divendres, 03 de desembre, 2010  

La questió del art, Ramón, no te una explicació unica i veritabla. NO penso que hi hagi gaire misticisme, en una obra de Andy Waarhol, ni l'hi ho trobo en cap pintura de Vincent v. G. i tamboc l'hi veig en les coves de Altamira.
L'artista, pinte, dibuixe, o esculpeix, moltes vegades per la necesitat de fer quelcom de difernert, o senzillament pero que la força vital que poseeix, li obligue.
La personalitat de cadasqú, si que hi és ben pal-lessa. Es el séu estil, el seu segell, pero no el trobe perque tothom, digui ah! es una obra de fulano de tal. Jo crec que les fá totes del mateix tipus perque no ho pot canviar ni sap fer cap altra cosa.
Les epoques son modes imposades pels materials, les vestimentes, i la vida en general. i en el que estic completament d'acord es que ens agraden coses, obres que en el seu temps real, no eren tan valorades, o molt menys.
El "marxandasing" fa la resta. crec.
Encar ahii hauríe molt més a parlar, però seríe massa llarg.
Una abraçada des de St. Just.

José Vte. divendres, 03 de desembre, 2010  

Nada que objetar, pero el arte debe de ser ante todo inspiración y creatividad, si además coninciden con algunas reglas básicas, tanto mejor, y si no , pues que se le va a hacer.

Un abrazo

Anònim divendres, 03 de desembre, 2010  

Hay que entender muy bien el mundo del arte para saber ¿qué es lo que perdurará en el tiempo o no?...¿qué es una obra buena de la que no lo es?...
en todo caso, Ramón; muy bonito tema.
La historia ha demostrado que muchos artistas en la busqueda creativa, experimentan y crean novedades, que nada tienen que ver, con las tendencias del arte de su época...
muchos de éstos que rompen moldes son los que se han perpetuado en el tiempo....hay veces que un cambio brusco en una tendencia, de momento representa un escandalo y a partir de ahí se crea una nueva moda...
Casi siempre el artista manifiesta su mundo interior en todas y cada una de las facetas del arte... esto significa que es un terreno inagotable de matices...
Lo exterior es lo que se lleva a veces no vá muy lejos...el interior es lo que queda y es lo que puede germinar en algo que perdure......

tula divendres, 03 de desembre, 2010  

En mi opinión el arte surge del silencio interior.
La mente solo hace ruido y genera monstruos.
un abrazo.

Ana divendres, 03 de desembre, 2010  

desde luego esta entrada me ha dado que pensar, las personas comos más complejas de lo que creemos, sin duda.

Un abrazo y gracias por tus visitas.

Fackel divendres, 03 de desembre, 2010  

Una de las cosas que más me gusta de lo que se da en llamar arte (demasiado reduccionismo hay al respecto, y un reduccionismo que se suele reservar principalmente para las supuestas obras únicas o al menos para aquellas paradigmáticas de las consideradas artes grandes) es su propiedad de transtemporalidad. Gracias a esta facultad ha habido representaciones, géneros, estilos y buen hacer de muchas culturas no consideradas en Occidente que han influido sobre algunos llamados artistas muchos siglos después de ser llevadas a efecto. Y han generado nuevas posibilidades de expresión, además del reconocimiento pertinente.

Un abrazo.

NINA dissabte, 04 de desembre, 2010  

Así es. Kandinsky sabía y se nota.

Pero hoy en día hay tanto "chanta" que creo que dentro de algún tiempo habrá que saber separar el trigo de la paja para poder entender qué fue del arte en la época actual.

Además hay otra cosa: hay miles de miles de artistas excelentes que no tiene la capacidad o los medios o el lobby necesarios para "figurar", y ese es arte que para el futuro, se pierde...

yraya dissabte, 04 de desembre, 2010  

Muy importante estas palabras para entender un poco el arte.
Suelo ir de vez en cuando a alguna exposición pero hay veces que sales diciendo: ¿dónde está el arte? sin ánimo de ofender a nadie.
Un abrazo

Marcos dissabte, 04 de desembre, 2010  

Estoy muy de acuerdo, Ramón.
Para mí el arte también es intemporal, pero creo que todos los que se hacen llamar artistas no son tan intemporales.
Saludos progresistas de Madrid

Alfonso Saborido diumenge, 05 de desembre, 2010  

Vaya texto. Para pensarlo largo rato.
Yo no tengo el don de apreciar el arte de los demás. Aprecio lo que yo entiendo como arte. Me dicen que algo es bueno, y a mi no me gustan. Lo será, si lo dicen, pero en mi interior pienso que no lo es.
Me pasa con la obra de Miró o con el jazz. Supongo que es porque no me gusta, y al no gustarme, me ciego.
Sé que debo aprender y acercarme a cosas que desconozco, ya que confundo el no gustar con la ignorancia.
Es como ese túnel de Sábato, que sólo una persona lo ve. Vaya, que me lío :)

Thiago diumenge, 05 de desembre, 2010  

jaj pues si lo ha dicho Kandinsky, punto en boca, ajaj quién sería yo para decir nada?

Es verdad que parece ya dificil pensar hacia dónde va el arte. Es tb. a veces complicado como en una escultura de hierro, como hemos visto estos días en ese museo que va a cerrar de chillida, es difícil entenderla como arte intemporal, pero atendiendo al segundo presupuesto se entiende enseguida... pues ¿quién carajo puede entender el mundo actual? jaja

Bezos.

ARO dilluns, 06 de desembre, 2010  

El arte es la expresión libre de un sentimiento o de una idea, ejecutada con unos cánones estéticos que abarcan la manera subjetiva de entenderlo y la objetiva que envuelve al artista. ¿O no?

Lembranza dilluns, 06 de desembre, 2010  

Muy buena entrada Ramón, fantástica.
Estoy de acuerdo con las tres causas místicas. Tiene que haber una mezcla de todas y luego crear lo que a uno le viene de dentro.
Para mi el arte es alimento para el alma. Un abrazo

Colotordoc dilluns, 06 de desembre, 2010  

Hola Eastriver:

Gracias por pasar por el blog. Puedes pasar cuando quieras.

En cuanto a tu entrada, siempre he considerado que todo es arte. Hay para todos los gustos y colores, porque nada esta escrito.
Incluso el lienzo más extraño que haya por ahí puede ser fuente de inspiración.
Saludos Me veras por aquí en cuando en vez.

Alba 3,1416 dilluns, 06 de desembre, 2010  

El artista labra su obra, sea en la época que sea.
El espectador/observador, la vive segun su entorno, su madurez emocional, su capacidad de "ver" y de "sentir".
Hace 31 años, una exposición de Chillida, mientras estudiaba en la Universidad, me hizo nacer como espectadora/observadora. Hoy me siento orgullosa del camino que me abrió aquella exposición.
Un abrazo

Maripaz dilluns, 06 de desembre, 2010  

El arte y la belleza se convierten en algo subjetivo a la hora de juzgarlo, aunque hay unas normas esenciales y comunes para analizarlo. Yo creo en el álma de cada artista, porque con sus obras nos descubre su interior, su manera de asumir la belleza. Solo eso me basta para intentar acercarme a el.
La verdad, que no soy entendida...a lo mejor he dicho una tonteria. Como siempre, he aprendido algo nuevo viniendo a visitarte.
Abrazos Ramón

Anònim dilluns, 06 de desembre, 2010  

Hermoso análisis. Hay una frase maravillosa de Vittorio Gassman que dice:
"para que haya teatro tiene que haber uno que hace que es otro y otro que hace que se lo cree. Si ocurriese que el que hace que es otro, se lo cree realmente, es un psicótico. Si el que tiene que hacer como que lo cree, lo cree de verdad, es un tonto. Y si ambos incurrrieran en tal dislate, estaríamos en la iglesia".

Jose Lorente dijous, 09 de desembre, 2010  

Encuentro que no hay necesidad en lo místico.
Ya sabes que soy más de tumbarme sobre la tierra a oír crecer la hierba.
En ocasiones resulta un intrusismo profesional que un artista se ponga a hacer teoría del arte.
Me ha gustado el comentario de El Pobrecito Hablador del Siglo XXI.
Un abrazo.

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