Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

dissabte, 20 de novembre del 2010

LOS ENERGÚMENOS

Desde hace un tiempo recupero textos de prensa para compartirlos con los amigos de El far. El de hoy (Energúmenos) apareció en La Vanguardia el día 1 de octubre. Su autor es Sergi Pàmies, novelista catalán hijo de la también escritora Teresa Pàmies y del político comunista Gregorio López Raimundo. Si se me permite una pequeña implicación, diré que me gustaría dedicarlo a ese catalán impresentable, colaborador de El Mundo y de Telemadrid, llamado Salvador Sostres. Y a tantos otros energúmenos que nos rodean, nos asfixian, nos ahogan y al final nos estorban, que ensucian el aire que nosotros hemos decidido respirar tranquilos.
El energúmeno avergüenza a sus hijos y a sus padres, a no ser que sus hijos y sus padres también sean energúmenos, en cuyo caso se sienten orgullosos de él. No respeta el turno, ni las colas, habla en voz alta en el cine, aparca siempre en doble fila y cuando, con razón, le ponen una multa, blasfema y repite que "sólo eran cinco minutos", porque el energúmeno considera que sus cinco minutos son mucho más importantes que los cinco minutos de los demás. El energúmeno ronca, pero no porque tenga un problema respiratorio o de sobrepeso. Lo hace para fastidiar y hacerse notar incluso cuando duerme. En los aviones, suele reclinar violentamente su asiento hacia atrás y si algún pasajero pone mala cara ante sus ruidosos aspavientos, lo fulmina con la mirada, buscando el conflicto que le permita discutir, amenazar y comportarse como el energúmeno que es.

El energúmeno presume de todo: de haber pagado menos por su coche que el común de los mortales, de tener amigos influyentes y de no llevar nunca ropa interior. Cuando practica el sexo, ya sea pagando o de forma gratuita, el energúmeno resopla como un cochino hasta alcanzar el clímax y se queda dormido al momento, a ser posible encima de sus víctimas, que suelen morir por asfixia o aburrimiento. Sea de derechas, de izquierdas o de centro, el energúmeno trata mal a los camareros y a los taxistas y cuando habla de su mujer delante de ella utiliza la palabra "esta" en un tono que fluctúa entre la condescendencia y el desprecio.

El energúmeno cree que hay que tener deudas para ser alguien y no pagarlas nunca para ser respetado. Nunca desconecta el teléfono móvil, llama de tú a los adultos que no son de su raza, amenaza a los profesores que suspenden a sus hijos y, siempre que puede, paga con dinero negro. Cree que los hombres que se depilan son unos maricones, que las mujeres son un poco putas y que todos los políticos son unos ladrones. Tiene soluciones drásticas para resolver el paro, la crisis, la delincuencia, la contaminación, la inmigración y los malos arbitrajes, y si cometes el error de escuchar sus argumentos, descubres que la solución es la misma para todo: mano dura. A veces, gracias a la lotería del azar, el energúmeno se tropieza con otro energúmeno. Y aunque el encontronazo suele ser desagradable, proporciona a los que no son energúmenos cierta esperanza. La esperanza de comprobar que, con un poco de suerte, los energúmenos acabarán eliminándose los unos a los otros y que, cuando hayan desaparecido, el mundo será un lugar un poco menos insoportable.


Sergi Pàmies

35 comentaris:

Ms. Frutos dissabte, 20 de novembre, 2010  

El energúmeno no escucha y siempre habla más alto porque piensa que eso le da la razón. Cuando no tiene argumentos ridiculiza o insulta a su adversario y si se puede meter con algún defecto físico o de su vida privada tanto mejor. El que no piensa como él no es del otro bando, sino basura y chusma. Desafortunadamente todos los conocemos.
Un saludo

Felipe Medina dissabte, 20 de novembre, 2010  

Muy buen texto el de Sergi Pàmies.Estos tíos avergüenzan a propios y extraños.Has hecho bien en subir el texto de Sergi

Saludos

José Vte. dissabte, 20 de novembre, 2010  

Desgraciadamente hay muchos energúmenos repartidos por ahí, y no se por que regla de tres, en estos momentos les a dado a todos por salir a la luz.
Seguramente es porque tienen alguien poderoso encima de ellos que los arropa,los protege y los mantiene.

Saludos

RGAlmazán dissabte, 20 de novembre, 2010  

Magnífico artículo. Refleja perfectamente a tipos como el tal Sostres, un energúmeno exhibicionista de mucho cuidado.

Salud y República

emejota dissabte, 20 de novembre, 2010  

No se puede decir mas clarito. Este tipo de personajes ademas de todo eso es que son idiotas de baba y quienes lo contratan se hacen sus cómplices.
Gracias por sacarlo a colación. Petons.

Miguel Baquero dissabte, 20 de novembre, 2010  

Es cierto que este mundo sería ínfinitamente mejor si desapareciera el género energúmeno, en el que se engloban los patosos, los incivilizados, los niñatos, los pícaros

Dilaida dissabte, 20 de novembre, 2010  

Totalmente de acuerdo Ramón.
Bicos

Darío dissabte, 20 de novembre, 2010  

Es delicioso. Y es tan real, eso de que los energúmenos no son privativos de ninguna ideología.
No quiero ser un energúmeno!!!

Antonio dissabte, 20 de novembre, 2010  

Lo malo es cuando los erergúmenos se alian y andan juntos provocando y llamando a los salvadores patrios para que pongan el orden que ellos piden.
Eso sí, los energúmenos se crian despreciando la educación cívica y apoyados por los que entienden la EpC como una asignatura de adoctrinamiento... Curioso...
Un abrazo

El alegre "opinador" dissabte, 20 de novembre, 2010  

Texto genial que suscribo letra por letra. ¡Qué pena que me da la sensación de que cada día hay más energúmenos sueltos! ¡Se multiplican más rápido que lo que se eliminan mutuamente cuando se encuentran!
Siempre que tengo ocasión apelo a la "educación" en las reuniones de vecinos, en las reuniones políticas... Y muchos me miran con cara rara, como diciendo ¡pobre gilipollas! Me niego a pensar que no acabará "ganando" la educación...
Un fuerte abrazo.

yraya dissabte, 20 de novembre, 2010  

...si los energúmenos volasen, el cielo estaría siempre lleno y sobre todo por este ENERGÚMENO que nombras que para mi es un ENERGÚMENO-CAVERNICOLA, QUE ASCO DE TIO.
Estaría bien que cada semana nombraras a un/a "energúmeno/a de la semana" creo que no tendrías problemas en encontrarlos.
Muy buena la columna de sergi Pàmies
Un abrazo

mariajesusparadela dissabte, 20 de novembre, 2010  

Dsgraciadamente, hay energúmenos que saben asociarse.

Isabel Gil Jiménez dissabte, 20 de novembre, 2010  

Con tu definición, acabo de darme cuenta de que nos rodean por todas partes, queda bastante para su desaparición. Pareciera el ser humano mismo.
Un saludo.

alma diumenge, 21 de novembre, 2010  

El texto es perfecto. La pregunta es ¿Quien los necesita?,¿Quien le paga a Sostres, por qué y para qué le paga? ¿Por qué un energúmeno como Sostres no es eliminado por otros de su especie, sino jaleado, protegido, defendido?...

Abrazos, Ramón

Alfonso Saborido diumenge, 21 de novembre, 2010  

Lo de Telemadrid me parece demencial, de verdad, ¡qué hipocresía tan grande de una cadena que vende unos 'valores' y pregonan otros!
En cuánto a los energúmenos - y energúmenas que también las hay - podrían montar un ejército. Ajú.

Anònim diumenge, 21 de novembre, 2010  

Solo de leer el texto viene a la memoria algún energumeno/a con el/la que te cruzas alguna vez en la vida...
Son odiosos...

Mercedes Thepinkant diumenge, 21 de novembre, 2010  

El energúmeno piensa que los energúmenos son los otros.

Unknown diumenge, 21 de novembre, 2010  

El texto de Sergi Pàmies le viene al pelo a Salvador Sostres i porqué no, a Sánchez Dragó. Parece que Esperrancia los coleccione y estén todos en Tele Madrid.
Los energúmenos avergüenzan, incluso, a quienes no les conocen de nada.
Me encontré uno así en mi último viaje a los Campamentos: el tío era la primera vez que estaba allí y tenía la solución a todos los problemas de los saharauis. Empezó a chillar y a acercarse a mi invadiendo mi espacio vital. El era el mejor trabajador del mundo y los demás unos vagos (dropos).
Yo creo que se había metido algo: o alcohol o quién sabe qué.
Su comportamiento fue tan grosero que me ahorraré los detalles. Me quedé tan estupefacta que no fui capaz de darle un corte y me quedé con cara de tonta bajo el sol de la tarde ante la diversión de unos chicos saharauis que me preguntaron si era mi marido, mientras el tiraba calle abajo cual cowboy vencedor de un duelo.
Volví a verle en el aeropuerto con el mostrador de por medio. Ni yo di muestras de reconocerle ni él a mi.
Volviendo a Sostres no creo que llegue ni a energúmeno, simplemente es un bocas y un imbécil que necesita llamar la atención para alimentar su ego. Ahora debe estar encantado de que se hable de él.
Una abraçada.

Anònim diumenge, 21 de novembre, 2010  

Conozco un par de esos, pero se rumorea que es una especie en extinción. Ojo,que hay muchos rumores falsos.

m.eugènia creus-piqué diumenge, 21 de novembre, 2010  

Me encanta Sergi Pamies, es buenísimo, de energúmenos creo que todos conocemos alguno, por desgracia quizás haya demasiado de ellos.Petons.

Isabel diumenge, 21 de novembre, 2010  

Desde ahora voy a comprobar estas connotaciones observando a las personas, pero ¿me atreveré a sumarlas después?

Miedo me da.

Josep diumenge, 21 de novembre, 2010  

Me has hecho felíz con Sergi Pàmies, pero al nombrar a este sujeto yo creí que hablarías de él. Yo creo que Salvador Sostrés no se le puede calificar de energúmeno, es mucho más que esto, y hasta me atrevería a decir más que Sanchez Dragó.
Más bien diría que es una mala persona, porque solo una mala persona puede escribir y hablar como hace él.
Y no es por nada pero hasta me extraña que haya escrito columnas en el AVUI, y colaborado con RADIO BARCELONA- CADENA SER.

Fàtima T. diumenge, 21 de novembre, 2010  

La personalidad de este individuo exige audiencia y la busca sobrepasando los límites que un mínimo de ética exigiría, lanzando esos mensajes homófobos y llenos de veneno que todos conocemos. Menuda hipocresía, por cierto, la de Telemadrid.

Buen texto el de Sergi Pàmies. Bueno y necesario.

Un abrazo.

Fackel dilluns, 22 de novembre, 2010  

Me gusta el comentario de Pàmies porque lo centra en la descripción del arquetipo (¿modelo?) de energúmeno. Independientemente de que venga a cuento de las babas de un personajillo que sale en la televisión pública, que de facto es privada por el control que ejerce sobre ella otra energúmena (la presidente de la Comunidad de Madrid), el energúmeno cotidiano y con el que te rozas todo los días es el que me preocupa.

Esos otros que andan por las ondas televisivas son exhibicionistas que quieren que se hable de ellos para vender sus maravillosos libros o somplemente para que se hable de ellos. Necesitan ser citados y armar revuelo, porque, como toda la prensa rosa, y ellos son parte de esa prensa aunque vayan de intelectuales y escritores, viven espiritual y económicamente de ello.

A mi me preocupa el energúmeno cotidiano, con el que me encuentro cada día. Sobre todo el energúmeno que salta a la primera aun no teniendo razón. A veces incluso tengo algún altercado verbal con ellos, eso sí, con cierta cautela (depende de la talla y su tono de voz, jaj) tratando de argumentar. Pero el energúmeno, como bien dice Ms.Frutos, no escucha y salta antes de darte oportunidad de saber lo que le dices.

No creo que sea solo una cuestión de carácter emocional de un individuo -que lo es, no me cabe duda, y además mal resuelto- sino que revela una frustración, un complejo de ser un donnadie (pero porque quisiera ser un Alguien, como si hubiera que serlo)y un substrato cultural dentro de su ser bastante deficiente. Cierto que a veces te encuentras a alguien con actitud energúmena, por causa de estrés o mal momento, pero creo que a estos se les distingue. A mi me inquieta el energúmeno per se, el que lo es por sistema, por conducta, por método. Mala cosa. Ese tipo de personajes suelen pensar de una manera muy aviesa sobre las relaciones humanas (por supuesto, políticas, no es casual que casi todos los energúmenos que me he encontrado sean fachas contumaces) y utilizan sus repentes para imponerse con tono y actitud agresiva, por carencia de capacidad de convivencia. Lo siento por sus esposas, novias, etc. (por cierto, también hay mujeres energúmenas, pero nunca son como ellos)

Gracias por tomar el artículo prestado, es útil. Por lo demás, mejor ignorar a esa quincalla de la palabrería vana. hueca, hortera y faltona que va colocando la tradicional Ilustrada Derecha Española por doquier. Que Belcebú nos coja comulgados, jaj!

Un abrazo.

Thiago dilluns, 22 de novembre, 2010  

Lo malo no son los energúmenos en sí, sino quienes los amparan y alienta y los que le pagan con dinero público para que suelten sus sandeces en las televisiones, radio, y prensa.

Yo creo que estamos padeciendo las consecuencias de esos programas rosa de televisión en que los tertulianos se gritan y se insultan, inventan y mienten, y ese estilo ha llegado a la vida normal, a la información general y que todo va en la misma linea de los que le pagan: los politicos son todos iguales y esas cosas que propugnan los muy liberales esperanzaguirristas.

todos ellos son alumnos del mismo profesor: Pedro J. Ramírez, el primero que ha dado amparo en su libelo amarillista a todos estos carcamales, fascistas, maleducados, y groseros.


y así nos luce el pelo.

Bezos

Anònim dilluns, 22 de novembre, 2010  

Conozco a muchos de esos acerca de los cuales escribe Pàmies; trabajo todos los días a su lado...

En cuanto al tal Sostres se merece el más absoluto de los silencios. Con tipos como ese asistimos cada día más a la degradación en presente de los medios de comunicación.

Petons

ARO dilluns, 22 de novembre, 2010  

Un buen artículo este que nos traes. Los describe tal cual son. Ojalá entre ellos se neutralicen algún buen día.

Isabel Martínez Barquero dilluns, 22 de novembre, 2010  

Me he reído con el texto. Muy bueno Sergi Pàmies.
Eso sí, olvídate: los energúmenos no se extinguen así como así, que son legión y, si es necesario, hasta se protegen entre ellos.
Un besote.

Marcos dilluns, 22 de novembre, 2010  

¡Vaya, Ramón! No conocía a este escritor pero a fe mía que es bueno.
La verdad es que me he reído un rato. Sabes, aquí en Madrid hay muchos de esos que cita el autor. Muchos. Sobre todo en algunos barrios. No quiero decir más. Se me tacharía de malévolo.
Una abraçada molt forta.
Saludos progresistas de Madrid.

Carlos dilluns, 22 de novembre, 2010  

Grande Pàmies con su habitual ironía necesaria hacia quienes lo merecen. Desgraciadamente un texto que se puede aplicar tan a menudo. Un saludo.

Camino a Gaia dilluns, 22 de novembre, 2010  

Creo que en buena medida, este tipo de gentes nos devuelven a la vejación como método de diversión y de búsqueda de autoestima. No creo que sea casual encontrarlo en TeleMadrid, habida cuenta de los intereses que respalda este medio de comunicación. En una crisis como esta, dar al impotente de turno la oportunidad de jactarse de ser hombre, de ser blanco, de ser heterosexual y de no necesitar la inteligencia ni la virtud para conseguir el autoaplauso, puede suponer el consuelo por la cobardía para afrontar la rebelión contra los poderes económicos.

nocheinfinita dilluns, 22 de novembre, 2010  

Excelente texto el que hoy compartes.

Hay demasiados energúmenos, y demasiados a su alrededor consintiendoles y aplaudiéndoles sus "gestas".

Un beso

noche

Lola Mariné dimarts, 23 de novembre, 2010  

Mucho energumeno anda suelto por el mundo, mires donde mires verás unos cuantos...
saludos

Alicia dimarts, 23 de novembre, 2010  

Hola Ramon, completament d'acord amb tu. I el text d'en Pàmies implacable. Potser només ens queda aquest espai revindicatiu per damunt de tanta banalitat.
Cuidar el jardín interior!!!
Alicia

Montserrat Sala dimecres, 24 de novembre, 2010  

Has fet molt bé de treure aquest article, de Segi Pamies. Grand escritor i critic social mol intel.ligent. Els energuùmens, no creguis que desaparexin així com així.
Perqué creixen i es multipliquen.
Amés a més crec qie es la última moda, en comportament entre els joves.
Salutcions

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