Para todos los amigos que aún no lo sepan he abandonado este blog y he abierto otro. Ahora me encuentro en Accés a Maians, lugar en el cual voy colgando las nuevas entradas y donde me gustaría encontraros a todos.

dissabte, 28 d’agost del 2010

ATENAS Y LOS CÍNICOS

Jamás una ciudad me sorprendió tanto. No para bien. Atenas es una enorme ciudad que representa justo aquello a que no nos tiene acostumbrados Europa. En nuestro continente político (está claro que cuando hablamos de Europa hablamos de la Unión política porque la verdadera Europa va más allá) lo feo y degradado se esconde y se expulsa. Atenas lo exhibe.

Me habían hablado de los drogadictos y los pedigüeños griegos pero jamás sospeché que la cosa fuera tan seria. En los alrededores de la plaza Omonia, en pleno centro, en un trecho de cien metros, uno se encuentra con veinte vendedores callejeros (vendiendo verdaderas reliquias caseras), diez homeless, diez drogadictos colocados (algunos cayéndose por los rincones, algunos durmiendo a sacudidas epilépticas, algunos dando estertores con las agujas todavía colgando de sus brazos), amén de representantes de todas las etnias y colores, preferiblemente árabes y negros, en un peligroso y sospechoso pasar el tiempo, sin nada que hacer. En cada esquina, controlando el espectáculo tremendo, un coche de policía está detenido, con los agentes bien visibles caminando arriba y abajo. El resto del escenario es fácilmente imaginable: suciedad sin límite, gritos, alguna persecución inesperada, los quioscos abarrotados que venden de todo, los aires acondicionados de la zona que gotean sobre las cabezas de los transeúntes, tiendas abigarradas, muchas de ellas con especias, que te hacen creer que te encuentras en algún país musulmán. Lo verdaderamente sorprendente es que esto ocurre en el corazón mismo de Atenas.

El espectáculo de la pobreza extrema y peligrosa, más allá de las meditaciones sociales que pueda generarme, me provoca básicamente la apetencia tremenda de alejarme. Me siento muy inseguro en ese entorno, probablemente porque no estoy acostumbrado. Ello no significa que sea insensible al sufrimiento de esas gentes, ni tampoco que no me cuestione este mundo injusto, dador de desigualdades y sufrimientos atroces. Quien me conoce sabe que no sólo me lo cuestiono sino que me duele enormemente que las víctimas sean siempre los mismos, a quienes se conoce en aberrante expresión como carne de cañón. Pero esa evidencia no me hace perder de vista el peligro que en semejantes ambientes uno puede encontrarse. Y a quienes me llaman clasista o burgués por ser honesto y reconocer esto, solamente puedo darles la razón y decirles que vayan ellos a pasear por esas calles, que para mis paseos yo prefiero otras.

¿Significa esto que no me gustó Atenas? No, no exactamente. Me sorprendió la pobreza delincuente y arrabalera en pleno centro (la otra pobreza, de la cual provengo, no me asusta ni me sorprende), la inseguridad, el alejamiento de los patrones europeos. Me hizo pensar en la crisis griega, real, cierta, verdadera absolutamente. Atenas tiene rincones muy agradables, y no hablo de los turísticos, naturalmente, que más bien me asustan por otros motivos. Atenas tiene también milenios de sensaciones en cada piedra y eso se nota.


De esa indolencia y miseria atenienses dan cumplida cuenta los perros abandonados que pueblan las calles. Jamás vi tantos. ¿No se recogen? ¿No se llevan a perreras como aquí? (Donde por cierto, en Catalunya al menos, no se sacrifican, de lo cual me alegro mucho). Los perros abandonados de Atenas son perros sucios, cada uno con su collar. No andan casi: el calor les aturde, duermen en medio de la calle, en los rincones. Permanecen como un símbolo de una ciudad en ruinas a la que le cuesta levantarse.

A pesar de todo, vale la pena Atenas. Pasear por Plaka y Monastiraki, descubrir la Acrópolis y el foro, maravillarse en el museo Arqueológico, subir al monte Lycabettus, imaginar las olimpiadas en el Estadio Olímpico, visitar lugares cercanos como Delfos, Micenas, el canal de Corinto, Epidauro. A la vuelta y tras cualquier esquina, espera durmiendo el espíritu de Diógenes Laercio.
(Los cínicos del título no son los pobres, ni los drogadictos, ni la policía, ni los turistas como yo que lo contemplamos todo con escrúpulos vivísimos. Usé cínico en un sentido estrictamente etimológico.)

29 comentaris:

Anònim dissabte, 28 d’agost, 2010  

Esperaba las entradas tuyas que hicieran referencia a tu estancia vacacional en Grecia...para viajar contigo.
Pero esta primera impresión que has reflejado, realista y cruel, me ha impactado...
Si al final acabo pensando que vivo en el mejor de los mundos....
No quisiera que mal me entendieras, pero junto con las miserias humanas...las imágenes de los perros abandonados me han dolido en el alma...
La cara de la vida tiene tambien su cruz y es bueno que se exponga.

Isabel Martínez Barquero dissabte, 28 d’agost, 2010  

Coincido contigo en que Omonia y sus alrededores son lugares por los que da algo de miedo pasar. El espéctaculo callejero no es edificante, como tampoco lo es el espantoso y atascado tráfico de la ciudad. Y está en el mismo centro de esa ciudad que amo, de esa ciudad que alberga a cinco millones de habitantes de los once que tiene toda Grecia.

Preferí ceñirme a Plaka, Sintagma, Monastiraki, Licavitos y ese barrio cuyo nombre no recuerdo muy bien, algo como Ptxiri? Por la zona de Omonia, sólo transité para ir al delicioso Museo Arqueológico y mis sensaciones fueron muy similares a las tuyas.

En cuanto a los perros, los perros de Atenas, son legión y se ven por todas partes. Blanca Andreu inicia su último libro, "Los archivos griegos", con una magnífica "Oda a los perros de Atenas". Me gusta la visión de Blanca al respecto, que también ama Grecia no obstante sus defectos y atrasos.

Porque reconozco que mi amor por Grecia me impide ser fría. No es que no perciba lo que señalas. Es que el corazón, a pesar de todo, se me queda anclado allí.

Abrazos enormes y a ver si me acuerdo de mandarte un correo con unas preciosas imágenes griegas, para quitarte el mal sabor de boca.

Thornton dissabte, 28 d’agost, 2010  

Eres único. Eres genial. Que las fotografías que nos muestres de Atenas sean de perros abandonados te delata. Eres un gran observador, sensible y crítico. No cambies.

Un abrazo.

mariajesusparadela dissabte, 28 d’agost, 2010  

El cínico Diógenes "Que no me quites el sol"...
Blanca Andreu tiene algo que contarte sobre los perros de Atenas.
Precisamente a ti, profe.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dissabte, 28 d’agost, 2010  

El paisaje que describes es una buena metáfora de lo que en realidad es nuestro mundo, rico, dulce y maravilloso mundo occidental. Desvela y descubre la burbuja en la que creemos vivir. Lo que Atenas muestra en su calle mayor, sin rubor, es lo que aquí escondemos debajo de la alfombra.
¡Salud Ramon!

Antonio dissabte, 28 d’agost, 2010  

Reflejas perfectamente la cruz de atenas, lo malo es que la cara la tiene rota por la historia y la economía... No sé, posiblemente baje algunos peldaños en mis prioridades para viajar...
Un abrazo y gracias por hacernos partícipes de tus vivencias y sensaciones.

Isabel Gil Jiménez dissabte, 28 d’agost, 2010  

Magnífica tu descripción. Carecía totalmente de esa información. Desde luego es impactante lo que dices. Uno de los de la UE. El mundo occidental, sin duda, va a peor. La idea de progreso es un sinsentido.
Un saludo.

Eastriver dissabte, 28 d’agost, 2010  

Anna, desde luego aquí, en líneas generales estamos mejor que allí. Yo no hablo de casos concretos, naturalmente, que allí hay gente que tiene mucho y aquí algunos que llevan cinco años en paro. Hablo en general. Palabra que lo que vi en Atenas no me lo esperaba. Igual es porque tenía el hotel al lado de Omonia y cada día tenía que pasar y traspasar por esa zona. Pero no te pienses que es una zona pequeña, para nada, es todo un barrio. Y luego, en el resto de la ciudad, también mucha pobreza. Sí, la crisis griega es real por desgracia. Un petó.

Isabel, sé de tu amor por Atenas. A mí no logró llegarme tanto. Me alegro mucho de haberla conocido, eso desde luego, pero me quedo con Roma. Dicen que es sucia y desastrada también, y seguramente es cierto, pero la magia de Roma sí llegó permanecer. Un abrazo.

Thornton, gracias. Es que traer la postal es muy fácil: lo mejor de las ciudades y los paisajes es la impresión que nos causan.

Maria Jesús, un beso también para ti.

MJ, no, lo que vi en Atenas es más de lo que aquí escondemos. Es una situación realmente límite. Entramos en el Fnac y estaban cerrándolo! Claro, quién piensa en cultura cuando el país se viene abajo... Un abrazo.

Antonio, la cara y la cruz de un país que podría ser lo que quisiera... Curiosamente en las islas no se percibe esa pobreza, seguramente porque están puestas para el turismo. Pero la capital es impresionante. Sí, vale la pena verla, ni lo dudes, vale mucho la pena, porque tiene cosas maravillosas, pero te llevas un shok. Fíjate que después nosotros nos fuimos a Estambul. Asustados, claro, porque pensábamos que si Atenas, en la UE, estaba como estaba, Estambul estaría peor. Pues no, curiosamente me pareció más limpia, más próspera, más europea incluso, dentro de todo su exotismo oriental... Un abrazo.

Isabel, no sé si tu diagnóstico es el acertado pero yo también extraje unas conclusiones parecidas. Un gran abrazo.

Marcos dissabte, 28 d’agost, 2010  

Sagaz crítica, Ramón, que no a todos gusta. A mí, sí, porque aunque no conozco Atenas puedo imaginarme que detrás de la fachada para el turismo hay una realidad social que los hechos nos han demostrado que sufre una profunda crisis.
Lo que tú has hecho es reflejar esa otra cara menos agradable para los poderosos.
Petons. M'agrada molt el teu blog.

Darío dissabte, 28 d’agost, 2010  

Es la inseguridad en directo. Acá, nos bombardean los medios todo el día con la idea de que Argentina es un país "inseguro". Hay delincuentes, drogadictos? Si, como en todos lados. Ahora, pretender que estamos en el infierno! Por dios.
Sin dudas, los mandaría a Atenas para que aprendieran y dejen de hablar porque el aires es gratis. Para algunos "periodistas", parece muy fácil hablar de pobreza o miseria, sin nunca enfrentarse a ellas.
Un abrazo.

Felipe Medina dissabte, 28 d’agost, 2010  

Eso que describes es el fabuloso mundo del capitalismo salvaje y depredador.No hay más excusas.

Es la pobreza la que da razón de ser a la injusticia social y a la voraz avaricia de la élites política y económicas.

Abrazos

Eastriver dissabte, 28 d’agost, 2010  

Marcos, eres muy amable. Es cierto, detrás de cada realidad asoma otra menos agradable. Pero en Atenas es tan crudo y es tanto... Petons.

Curiyú, Pulgarcito, Darío, cualquiera que sea tu (...) nombre, jeje: sí, fíjate tú lo que pasa en la gran y próspera Europa. Agárrate/agarrémonos que vienen curvas. Abrazos.

Felipe, es el capitalismo salvaje. Pero te juro que, a nivel social, aquí estamos mejor, no hay tanta miseria como allí... Un abrazo.

José Vte. dissabte, 28 d’agost, 2010  

Hay que ver, lo que describes y lo que impactan las fotos de los perros tirados en las calles, nunca hubiera pensado que Atenas, a pesar de la feroz crisis que consume a Grecia, diera esa imagen.
Grecia es la cuna de Europa, y de donde proceden gran parte de los ideales políticos y culturales actuales.
Realmente una pena, y una gran metáfora de a donde puede llevarnos este capìtalismo feroz.
Impresionante y enriquecedor.

Alfonso Saborido dissabte, 28 d’agost, 2010  

No conozco Grecia, de hecho no sólo he estado en dos países extranjeros, una vez en Francia, a cien ksm de la frontera, y otras veces en Gibraltar ( jjj, da lugar a debate esto) que lo tengo a dos pasos.
Pero lo que cuentas, bueno, en los telediarios ya nos han hablado de la situación griega y por lo que dices...
En fin, como te lea la oficina de turismo griego, verás jj

Dilaida dissabte, 28 d’agost, 2010  

Está muy bien empezar por la cara fea, la que nadie cuenta y que menos llama la atención, pero que está ahí, en casi todas las ciudades aunque en Atenas parece que proliferan más.
Bicos

emejota dissabte, 28 d’agost, 2010  

Nunca se me ocurriría hacer ese viaje, ya estaba avisada, y una no es masoquista. Me duele leer lo que cuentas, aunque lo supiera por voces ajenas, no puedo hacer otra cosa que decirte lo acertado y ecuánime que te ha salido esta entrada. Un abrazo.

emilio diumenge, 29 d’agost, 2010  

Esperemos que no lleguemos a tanto en nuestro país... que triste ver esos perros abandonados, no disfrutaría del viaje si los viera, con lo que amamos en mi casa a los animales.
En fin, vuelvo a mi casa triste.

Un abrazo.

Eastriver diumenge, 29 d’agost, 2010  

Jose, estando en Atenas no pude olvidar, ni quise, que de allí procede la democracia y el diálogo, y que nosotros somos hijos de Grecia. Pero el estado actual de Atenas es muy triste, la verdad, aunque sigue teniendo muchas cosas maravillosas. Un abrazo.

Alfonso, qué risa. Debe ser curioso Gibraltar, siempre he pensado que me gustaría conocerlo, la verdad. Un abrazo.

Dilaia, la cara fea está en todas partes, es verdad. Pero Grecia está en una crisis muy bestia, a parte de que no creo que haya estado nunca a nuestro nivel de desarrollo económico, y eso se nota como no te figuras. Si uno va a países pobres se lo espera, pero en Atenas me pilló por sorpresa. Besos.

Emejota, tampoco es eso. Atenas tiene la Acrópolis, y la Acrópolis merece una visita, sin duda. Y el museo de la Acrópolis, y el foro, y el Museo Arqueológico... Besos sin dragones.

Emilio, yo también espero no llegar a esa situación. Y los perros no dan exactamente pena, porque nadie los molesta... Sencillamente es curioso y sorprendente. Son como las palomas de aquí, más o menos. Un abrazo.

Stalker diumenge, 29 d’agost, 2010  

Me ha alegrado ver a los perros, a pesar de todo. Y el caso es que parece que la gente los alimenta. No dan la impresión de estas excesivamente famélicos, al menos en las fotos que has subido. Mejor que estén sueltos aunque sucios que no encerrados en una perrera (concepto que me aterra, he de confesarlo).

En su configuración psico-social, en su morfología cultural profunda, quizá Grecia ya no sea exactamente Occidente sino más bien una encrucijada entre mundos: un umbral entre Oriente (los orientes) y Occidente, entre las dos orillas del Mediterráneo, entre la pobreza y la riquza. Y los umbrales, el propio concepto de límite, ensancha los márgenes, alimenta la periferia que por desgracia habitan los desheredados y excluidos.

Esos márgenes van a ir creciendo en las próximas décadas en el "corazón" de Europa, dentro del marco del nuevo crepúsculo que nos aguarda. Europa quedará como un parque temático-arqueológico que hordas chinas e indias visitarán dentro de un siglo para rastrear la génesis del Otro, la alteridad inexpugnable de una civilización que pretendió dominar el mundo y pereció por exceso de ambición y por sus voraces políticas neocoloniales. Nos devolverán la moneda con que les hemos pagado.

Se agradece tu sinceridad y tu ojo despierto,

abrazo

Miguel Baquero diumenge, 29 d’agost, 2010  

Pues yo creo, sinceramente, que tendrñia la misma reacción que tú y ante el espectáculo de la pobreza y la degradación tendría la reacción instintiva de alejarme y no verme implicado en ella.

ARO diumenge, 29 d’agost, 2010  

Leído lo leído, no me seduce la idea de viajar a Atenas; menos en estos tiempos en los que las convulsiones sociales son tan fuertes allí. En general, soy reacio a visitar lugares donde su población vive generalmente en situación precaria, por muy bellos sitios o paisajes que allí puedan verse. Para sufrir siempre hay tiempo.

Camino a Gaia diumenge, 29 d’agost, 2010  

Me entristece mas la injusticia que la pobreza. La pérdida de dignidad con que afrontamos la desesperanza, la falta de sueños en los que permanecen amodorrados, y el derrumbe de una cultura que cae sin nombrar herederos.

Eastriver diumenge, 29 d’agost, 2010  

Stalker, las perreras me horrorizan sobre todo cuando el destino de los animales es el crematorio. De lo contrario es obvio que no me parece lo idóneo. Pero luego, atendiendo siempre a la dignidad de ese animal, su destino tampoco me parece que sea las calles de una ciudad, como las vacas en India. Alimentados están; sucios también. Lo que es una lástima es que alguien abandone un perro, teniendo en cuenta que ya no es un animal que viva en estado salvaje. Respecto a la frontera entre Oriente y Occidente, tras Atenas estuve en Estambul que sí me pareció la verdadera frontera. Pero esa mixtura se vive de forma gozosa. Es Estambul una ciudad alegre, compleja, contradictoria incluso, pero es una ciudad viva sobre todo. Atenas, a su lado, me pareció en su cotidianidad un espacio de marginación que es lo malo, no la pobreza. En el resto de tu discurso sí estoy de acuerdo. Pobre Europa, viva a pesar de todo entre sus ruinas... Abrazos.

Miguel, mi reacción frente a la inseguridad es largarme, no voy a mentir y decir otra cosa. Un gran abrazo.

Aro, tampoco es eso. Hombre, cada uno viaja a donde quiere, faltaría más, pero luego Atenas es muy interesante. Muchísimo.

Camino, justo en el clavo. Un gran abrazo porque es eso, sin más, y sin menos, lo que yo siento.

Fackel dilluns, 30 d’agost, 2010  

Ramón. Precisamente hace unos días un amigo que ha estado por allí me contaba que había encontrado Atenas muy abandonada respecto a viajes anteriores. Y fui un tanto incrédulo, y enseguida pensé en el palo de la economía y el desarrollo social. Me hablaba de que se ve a la gente más grave que antes. Al ver lo que cuentas, un testimonio más pero riguroso y creíble como el tuyo, uno se siente más preocupado. Cuando estalló todo el tema de su particular situación me preguntaba cómo estaría viviendo la gente.

No sé si tu visión se limita a ver lo palpable, pero alguien tiene que conocer más de cerca cómo ha influido toda la barbarie del capital en las condiciones de vida de la gente trabajadora. Lo que has visto probablemente sea un apéndice sonoro, y acaso sólo la punta del bloque de hielo antártico.

Desgraciadamente, no se merece Grecia estar navegando en ese plano.

Gracias por tus impresiones. Saludos.

Cecilia dilluns, 30 d’agost, 2010  

Sitios hay donde la miseria existe pero no se ve. Sitios donde se expulsa a los mendigos y a las prostitutas para que no asusten a los turistas. No sé qué es peor.
En todo caso, lo malo es que haya esa miseria, tantos indigentes, tantos animales abandonados, tanto descuido, tanto por solucionar para las administraciones...
Y no me vale el rollo de la crisis porque con crisis y todo, los políticos siguen cobrando salarios desmesurados y viajando a todas partes con sus cohortes de aduladores.
Lo lamento por la historia, por los griegos, por la gente que acude al reclamo de una cultura que debería mantener su vigencia.

Anònim dilluns, 30 d’agost, 2010  

Ramón,
¿La UE como unión política? Me parece más un club de compra y venta, de jugadores de pócker con cartas marcadas, donde siempre ganan y pierden los mismos. Economía se llama.Única y exclusivamente.
¡Ave!

Edmundo dilluns, 30 d’agost, 2010  

Mierda! Nunca me imaginé eso. Acá estamos en otro mundo, parece. Pero en qué ha terminado Grecia? Cuna de la civilización occidental a la barbarie? Es terrible.

nocheinfinita dilluns, 30 d’agost, 2010  

Interesante relato sobre tu viaje a Grecia y curiosas las fotos de los perros abandonados.

Un beso

noche

Montserrat Sala dimarts, 31 d’agost, 2010  

Bon dia Ramón: Ahir vaig arribar, de la montanyeta, i hem vaig posar a xafardejar una mica pel blogs que tinc costum i m'agrade llegir-los. El que tenien mes llarg article, els llegiré avui, com he fet amb el teu, que m'ha sorprès i m'agradat alhora.
Semprpe había sentit a dir que lo millor de Grecia eren les seves îlles
blanques i netes, que Atenas ere per visitar el Partenon i tornar-se'n.
Ja veig que o hem varen enganyar pas.
Ara cal aferig-hi la penosa situació econòmica, que pateixen. Tot un cauadro

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